Las 5 de Borre | Necaxa vs Guadalajara

Por Borrego.

1. El motivo.

No quería comenzar otro texto con la frase 'escribo esto con lagrimas en los ojos'. Es duro perder y más en estas condiciones. Ayer definitivamente no aguanté el coraje, y después de recibir algunas llamadas y discutir con mi papá, apagué el televisor después del silbatazo final, escribí algunas líneas y me metí a la cama a dormir. Decidí escribir hasta hoy para no insultar a diestra y siniestra y no verme tan cruel, así que ofrezco una disculpa por no publicar en tiempo. Hoy, antes de sentarme a redactar, salí por motivos personales y no lo hice con una playera del Necaxa, lo hice con dos. Caminando por la calle, pasó un auto con dos personas y uno de ellos llevaba la playera de las Chivas, disminuyó la velocidad, se acercaron a la acera y me gritaron ‘¡puto!’, mi única respuesta fue besar el escudo del Necaxa. No soy nadie para decirlo, pero ahora es cuando saldrá el verdadero necaxista, el villamelón, que corra a esconderse y que por favor no regrese.

PD. Qué curioso que las burlas y mentadas de madre llegarán en mayor cantidad este sábado, que el domingo que perdimos contra el Puebla, tomando en cuenta que vivo en la ciudad del camote.

2. Impotencia. (1-abr-2011)

No hay palabra más cruel para un aficionado que el silbatazo final en la derrota. No hay sentimiento más duro para el seguidor, que el de la red propia rompiéndose. No hay peor sufrimiento para el ‘fiel’ que el descenso. No hay peor lágrima que el festejo rival. No hay nada más frustrante que la esperanza mal correspondida. No hay un mal que queme tanto cómo la ilusión quebrantándose a cada segundo. No hay miseria más cruel que el fracaso que te producen otros que no lo entienden, no lo sienten, ni lo van a sentir. No hay dolor más fuerte, que la impotencia de ver a Necaxa perder.

3. ¿En dónde quedaron?

¿En dónde quedaron los buenos tiempos, dónde Ivo Basay rompía redes a velocidades estratosféricas y con facilidad insultante? ¿En dónde quedaron los once hermanos que se conocían mejor que a su familia? ¿En dónde quedaron los defensas impasables, que con colmillo y técnica, morían antes de recibir un gol? ¿En dónde quedaron los jugadores que podían no cobrar y seguir jugando bien? ¿En dónde quedaron la alegría y la pasión de representar al equipo rojiblanco? ¿En dónde quedaron los Aguinaga, los Delgado, los Picas y los ‘Pichojos’? ¿En dónde quedaron los 20`s, los 30’s, los 60’s, y los 90`s?

¿En dónde quedó Necaxa?

4. ¿En dónde quedaron? (2)

¿En dónde quedaron los aficionados necaxistas que llenaron el estadio Victoria hace 3 semanas, en el juego contra Monterrey?

R= Ahí estaban, usando una playera rojiblanca pero está vez manchada de azul. Apoyando al rival del mismo equipo al que apoyaron el resto del torneo. No se tocaron el corazón para corear ‘oles’ a los mismos jugadores que apoyaron antes y con gran entusiasmo entonaron un sonoro ‘Ole ole ole chivas, chivas’. Saludos para la raza de Aguascalientes que no se quitó la playera rojiblanca (sin manchas azules) y si asistió a apoyar a Necaxa… los demás no regresen.

5. y del partido…

Del partido no hay mucho que hablar, muchos cambios, mismo resultado: errores en la defensa, fallas increíbles adelante, la relación de Suárez con el poste. La mala suerte de Beto Padilla que jugó sus únicos 4 minutos en el torneo y salió por lesión, quedando fuera del torneo. Las chivas no fueron más que un Necaxa que tampoco mostró nada. Un par de travesaños. Las atajadas de Michel. La cabeza de Tilón sobre el filo de la portería. El gol extraño de Marco Fabián. Un triste Necaxa. Un difícil porvenir. Una afición dolida. Una directiva incompetente. Necaxa tuvo muchas más oportunidades reales de peligro, pero como diría Juan Villoro, ‘Dios es redondo, pero casi nunca le va al Necaxa’.

¡Saludos a todos los que no se han bajado del barco!