Las cenizas del Necaxa

Por David Faitelson.

Una historia que terminó en tragedia deportiva: mala planeación, decisiones económicas sobre deportivas y hasta un poco de cinismo y de olvido marcaron el nuevo descenso del equipo rojiblanco.

LOS ANGELES -- Un campo lleno de cenizas. Eso es lo que queda del Necaxa, otro ejemplo de lo que la impunidad, la mala planeación y la voracidad es capaz de destruir en el futbol mexicano.

Cualquier tipo de excusa o de justificación resultará inapropiada. La historia del Necaxa ha sido una historia basada en la tragedia, en las malas decisiones directivas, en un botín político mezclado con intereses económicos, en medidas que obedecieron siempre a la desesperación y no a la coherencia, en ser el "plato de segunda mano" que recogía la sobras del "imperio", lo que el hermano mayor, caprichoso y poderoso no quería mas.

No mucho tiempo después de haberse establecido como el equipo con los números más intensos del futbol mexicano --aquel cuadro de Lapuente que si bien no jugaba abierto ni espectacular, sí que era tremendamente efectivo-- el Necaxa volvió a perder la categoría a pesar de haber realizado más cambios que nadie y de contar con ventajas que aparentemente no tenían otros cuando comenzaba la batalla por no descender.

El Necaxa es una muestra más de lo mal que se ha "administrado" el fútbol en Aguascalientes. El Necaxa es otra muestra de que la multipropiedad de equipos no termina siendo benéfica para nadie. El Necaxa es una muestra más de que las decisiones deportivas deben ser tomadas con la cabeza fría y por gente que en realidad conozca la cancha y sus secretos más particulares. El Necaxa es un ejemplo más de que la voracidad económica no puede ir nunca por encima de la deportiva. El Necaxa es una historia de pesares, de desencantos, de traiciones, de berrinches, una historia donde el fanático es siempre el menos considerado y el único que finalmente reciente la desgracia del descenso.

Los "esfuerzos" para hacerlo descender fueron bien planificados: Primero por una directiva, incapaz de tomar las decisiones adecuadas en el momento preciso. Despedir técnicos antes de tiempo y no despedirlos antes de que el tiempo se acabara fueron parte de los momentos más delicados de la última época. Alguien no tuvo la paciencia adecuada con Omar Arellano, pero sí, en cambio, tuvo demasiada mesura para Daniel Brailovsky. Entre esas incertidumbres, se fue fincando el nuevo viaje necaxista a la división inferior. El otro "pecado": tuvo que ver con la decisión que tomaron entre directiva y cuerpo técnico para reforzar al equipo con jugadores veteranos (la mayor parte de ellos sobrantes de otros equipos) que no aportaron nada en el intento de salvación.

En la parte final de su peregrinar, el Necaxa fue olvidado hasta por sus propios dueños. A Televisa ni siquiera le importó buscar la transmisión de sus juegos, la cedió, la entregó y buscó, cínicamente, alejarse del tema como si fuese algo que no le importaba. El "yugo" televisivo le dio la espalda y el Necaxa volvió a ser, como fue siempre, el hermano no deseado, el hijo bastardo, la prostituta del "imperio", que con malas decisiones, con las "sobras" de otros se iba quedando en el camino. Una pena para una institución rica en historia, en nombres, en hazañas.

Fuente: ESPN Deportes