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Aniversario 88 | Yo le voy al Necaxa

Por Arturo Hernández.

La primer noción de los deportes que tuve durante mi infancia, fue la lucha libre, recuerdo que durante la semana esperaba impaciente porque fuera sabado y domingo para poder ver los combates, sobre todo del Hijo del Santo, los Hermanos Dinamita, Blue Panther, entre muchos otros; quizás algunas personas dentro de mi entorno no la tomaban tan en serio como un deporte en sí, al decirme que era todo actuado, pero durante mi infancia no había otra cosa que me entretuviera más que ver a los luchadores hacer sus acrobacias y llevar hasta la pantalla sus rivalidades.

En el año 1988 (aproximadamente) ya cursaba el primer año y a los 6 años tuve mi primer encuentro con el fútbol. . . y fue un desastre, al no saber las reglas ni nada de eso, probablemente pensé que sería mi debut y despedida dentro de ese nuevo deporte. Sin embargo me parecía divertido y emocionante, recuerdo que mi abuelo que es Tigre (de corazón, como dice el anuncio) siempre me decía que quería que fuera delantero de los Tigres para que los llevara a su tercer campeonato, quizás tratando de inculcarme el amor por la camiseta felina, pero nunca me convenció, al igual que los Rayados.

Durante ese año vi muchos partidos de fútbol y me sentaba en el porche a escuchar los encuentros con mi abuelo de su equipo favorito, pero siempre recordaba a un equipo que cuando jugaba y aunque no siempre ganaba, podía ver en sus jugadores las ganas de pelear cada balón en ese entonces no los identificaba tan bien como ahora pero recordaba los lances de Navarro, la garra del Chuchillo Herrera, a Gerardo Esquivel, las jugadas de Gasparini, pero sobre todo los goles de Ricardo Peláez. El esfuerzo de ese equipo en la cancha, más esos colores y la forma de su escudo se infiltraron en mi mente de niño y después en mi corazón, y finalmente me di cuenta cuando un día en la escuela me preguntaron: “¿Le vas a los Tigres o a los Rayados?”, en ese momento para mí ya estaba tan claro como para Don Ramón, “No, no, no ¿qué? . . . Yo le voy al Necaxa”.

Con más conocimiento de lo que estaba pasando con mi equipo me enteré que llevaba arrastrando muchos problemas como la reciente salida de un descenso y su poca afición en el estadio y para ese entonces, quizás en todo México. Desconocía los grandes logros de los once hermanos y las hazañas que entrada la década me entere, pero para mí buena fortuna pronto sería testigo de la llegada de grandes jugadores y su carrera en el equipo como Ivo Basay, Alex Aguinaga, Nacho Ambriz y García Aspe, más el repunte de nivel de las piezas clave que ya estaban en el equipo y con el arribo de un técnico como Roberto Saporitti que aspiraba grandes cosas, el cambio era notorio, ya no era el esfuerzo la principal característica de mi equipo, si no su explosividad, sin perder su garra que lo caracterizaba siempre.

Hubo dos partidos de ese tiempo que recuerdo muy bien, extrañamente los dos con el mismo marcador de 5-1, el primero fue contra el América en donde el equipo los despedazó con una gran actuación de Peláez y de Basay, el segundo juego fue una venganza contra los Rayados ya que ellos le habían metido 4-0 al Necaxa en Monterrey, pero para la vuelta de torneo las cosas cambiarían y con el impecable juego aéreo de Ricardo Peláez, la efectividad de Basay y Aspe, fue el inicio para mí de lo que considero los clásicos para mi equipo, si a hay dos equipos que quería ver que el Necaxa les ganará y les metiera la mayor cantidad de goles posibles, era a estos dos, el primero por obvias razones y a los Rayados porque para mí era como hacer lo que el equipo de mi abuelo se le dificultaba en ese entonces.

Ese torneo el equipo clasificó para lo que sería mi primera liguilla necaxista desde que le iba a los Rayos y estaba seguro de ser campeón, tan seguro que cuando en el Azteca se le goleó al Veracruz con un global de 6-2 con la ayuda de los goles de Basay, Peláez, Ambriz, el autogol del “Picas” Becerril (en ese entonces defendiendo a los Tiburones Rojos, aunque eso prueba que siempre ha sido rayo) y los dos goles de Aspe en los cuartos de final, no había ninguna duda en mi cabeza que me hiciera pensar en una derrota . . . hasta que llegó Puebla y con tres goles de Poblete (en ese entonces pensaba que necesitábamos un jugador que se llamara Necaxete, para andar iguales) un 3-2 en el de ida dejaba todo listo para que el Necaxa lo goleara en el Azteca, según yo. Lamentablemente eso nunca ocurrió y recuerdo apagar la televisión pensando en cómo no pudimos meter un solo gol, ahí fue cuando aprendí que como en la vida en el fútbol tienes que intentar ser fuerte y levantarte, porque aún dentro de mi tristeza sabía que mi equipo lo intentaría de nuevo y esta vez sí levantaría la copa.

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4 Comentarios

  1. Con tu texto me hiciste recordar a Roberto Gasparini que si no me equivoco después de su paso por Necaxa jugó en el equipo de tu abuelo, los Tigres.

    Respecto a aquel partido contra Puebla lo recuerdo perfectamente, sabado a mediodía en el Azteca, todos suponíamos que se podía hacer un gol que nos metiera a la final pero el planteamiento de Lapuente, es decir, el orden defensivo de su equipo nos cerró la cortina y nos dejó fuera.

    Quizá lo que le faltó a Saporiti fue lo que Lapuente hizo desde que llegó: Saber ganar los partidos importantes.

    Saludos!

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  2. Así es, Gasparini pasó a Tigres y siguió anotando goles, pensé que regresaría algún día pero no sucedió, la relación Tigres - Necaxa ha sido fructífera de Tigres para Necaxa, pero no tanto de Necaxa a Tigres, en mi opinión. Lo de Saporitti si fue de lo más emocionante o ganabas y goleabas o a veces sufrías derrotas que con un poco de ajuste al planteamiento, bien podrían haberse evitado, pero llegaría Lapuente como bien dices a ganar los partidos importantes, saludos compadre y a seguir festejando con las experiencias que escribimos los necaxistas en este especial del 88vo aniversario de nuestro equipo, saludos.

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  3. jejej varios crecimos con este equipo, por algo sentimos esa pasion cada 8 dias.. este doned este y sea como sea.. necaxa simplemente.. saludos a toda la banda de rayos desde Gdl.

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  4. Muy bonita tu historia amigo @Arturo, y es cierto, en la ciudad de Monterrey ( yo he ido solo de turista) se vive una gran pasión con sus equipos locales, Tigres de la U de NL, y Rayados del Monterrey, y es cierto, ya ni tan locales eh? Y en sus estadios, nadie anda gritando "chivas" "chivas" como nos pasa a noostros en el estadio victoria, la segun esto, "casa" de nuestros rayos... admiro a la gente de Monterrey y sobre todo a la de los Tigres que ya estan peleando en la cima de la tabla y buscando el campeonato!! Ellos si aprendieron de sus errores, y eso que peleabamos por no descender con ellos hace 2 años ( en el 2009).


    Y bueno, hablando de nuestro Necaxa, es un equipo que legitimamente atrapa nuestros corazones desde la primera vez que miras un partido de ellos. Y mas con todas las hazañas y logros que se dieron en la decada de los 90s, en donde los supuestos "equipos grandes" nos envidiaban y no podian contra nosotros.

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