Falsificación de firmas, presunto fraude en la compra de jugadores y otros manejos irregulares fueron cometidos por la anterior administración del club, que hoy está cerca del descenso.
Por Ricardo Magallán
Milenio.com
El titubeante paso del Necaxa en lo deportivo, ese que lo tiene al borde del descenso, bien podría ser sólo el reflejo de los malos manejos que ha realizado la administración del club de Aguascalientes en años pasados.
La afición cuenta en su poder con documentos que exhiben manejos turbios durante la administración en que Javier Ramírez Insunza y Alejandro Bocardo, principales implicados en los actos que se documentarán, fungían como vicepresidentes delcuadro de Aguascalientes.
Ramírez Insunza, quien es concuño del gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, y Bocardo fueron cesados de sus puestos en noviembre del año pasado, cuando el argentino Miguel Angel Zurdo López llegó a asumir la presidencia del equipo rojiblanco en una estancia que, al final, fue muy corta.
Ambos vicepresidentes eran los encargados de hacer las negociaciones con los jugadores y realizar también las contrataciones para el equipo.
Falsificación de firmas
La contratación del argentino, naturalizado mexicano, Pablo Gabas, realizada a mediados del 2008, exhibe el caso de falsificación de una firma, supuestamente, realizada por Javier Ramírez Insunza.
En julio del 2008, Necaxa adquirió, como parte de un acuerdo deportivo entre el club y la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica, el 50 por ciento de los derechos federativos de Gabas, como se aprecia en el artículo 5 del contrato que aquí se presenta.
Este contrato fue firmado por el entonces presidente de los Rayos, Marco Antonio de Alba, el presidente de la escuadra tica, Jorge Hidalgo, y el futbolista.
La cantidad acordada por las partes para cerrar la negociación, según consta en el artículo 6, es de 200 mil dólares.
En el mismo documento, se específica que el 50 por ciento restante de los derechos de Gabas tendrán que ser negociados por el Necaxa con el propio jugador o con quien él lo disponga.
Es entonces cuando aparece el contrato con la empresa Hazle Internacional de México S.A de C.V, documento que La Afición también posee en su poder.
En dicho contrato, Hazle de México se adjudica la propiedad del 50 por ciento restante de los derechos federativos de Pablo Gabas y es representada por Yessenia Arteaga Hernández, quien dice ser representante legal de la empresa.
En el documento se acuerda la venta por parte de Hazle de México al Necaxa de los derechos federativos restantes de Gabas en un monto de 650 mil dólares (más IVA), o sea, 450 mil dólares más de lo que la Liga Alajuelense había tasado el mismo porcentaje de derechos por el jugador.
Pero la diferencia en el monto de los pagos a una y otra parte no es la única anomalía en este asunto, ya que el contrato entre Hazle de México y el Necaxa también es firmado por Marco Antonio de Alba, presidente del club rojiblanco, aunque él nunca reconoció esta rúbrica.
Según la prueba pericial en materia de grafoscopía realizada por el laboratorio pericial en documentoscopía y grafoscopía, con sede en Cancún, Quintana Roo, y de la que La afición también tiene copia, la firma que aparece en el contrato entre Hazle de México y el club Necaxa no fue realizada por Marco Antonio de Alba, o sea, fue falsificada.
El documento pericial, que consta de 23 hojas, explica a detalle los métodos y la teoría en la que se basa para determinar la validez de la firma.
Ahí mismo se hace una comparación entre una firma realizada por Marco Antonio de Alba y la que aparece, supuestamente de él, en el contrato con Hazle.
También se hace un estudio profundo de las otras firmas que aparecen en el documento: la de Yessenia Hernández, representante legal de Hazle de Méxicio, y la de los dos testigos, de los cuales no aparece nombre.
Igualmente se hace un estudio de una firma estampada en un documento pasado por Javier Ramírez Insunza, vicepresidente del Necaxa.
Al final, en su foja 22, la prueba arroja las siguientes conclusiones:
“La firma debitada estampada en la parte inferior del documento denominado Contrato de cesión de derechos económicos, contractuales y de derecho de mando de cualquier operación futura, realizado en la ciudad de Aguascalientes en la fecha de 16 de julio del 2008, no fue escrita y no pertenece al puño y letra del C. Marco Antonio de Alba Obregón”.
Y más adelante se lee: “Esta firma dubitada (la de Marco Antonio Alba) localizada al calce izquierdo del documento denominado Contrato de cesión de derechos económicos, contractuales y de derecho de mando de cualquier operación futura, realizado en Aguascalientes en la fecha 16 de julio del año 2008, presenta rasgos y semejanzas con la firma indubitada 7 (de Javier Ramírez Insunza).
Y concluye: “Con base en lo anterior, expresado y tomando en cuenta todos y cada uno de los aspectos localizados en la firma indubitada 7 (la de Javier Ramírez Insunza), puedo acudir que el origen gráfico de la firma dubitada (la de Marco Antonio de Alba) pertenece a este puño escritor”.
Por Ricardo Magallán
Milenio.com
El titubeante paso del Necaxa en lo deportivo, ese que lo tiene al borde del descenso, bien podría ser sólo el reflejo de los malos manejos que ha realizado la administración del club de Aguascalientes en años pasados.
La afición cuenta en su poder con documentos que exhiben manejos turbios durante la administración en que Javier Ramírez Insunza y Alejandro Bocardo, principales implicados en los actos que se documentarán, fungían como vicepresidentes delcuadro de Aguascalientes.
Ramírez Insunza, quien es concuño del gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, y Bocardo fueron cesados de sus puestos en noviembre del año pasado, cuando el argentino Miguel Angel Zurdo López llegó a asumir la presidencia del equipo rojiblanco en una estancia que, al final, fue muy corta.
Ambos vicepresidentes eran los encargados de hacer las negociaciones con los jugadores y realizar también las contrataciones para el equipo.
Falsificación de firmas
La contratación del argentino, naturalizado mexicano, Pablo Gabas, realizada a mediados del 2008, exhibe el caso de falsificación de una firma, supuestamente, realizada por Javier Ramírez Insunza.
En julio del 2008, Necaxa adquirió, como parte de un acuerdo deportivo entre el club y la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica, el 50 por ciento de los derechos federativos de Gabas, como se aprecia en el artículo 5 del contrato que aquí se presenta.
Este contrato fue firmado por el entonces presidente de los Rayos, Marco Antonio de Alba, el presidente de la escuadra tica, Jorge Hidalgo, y el futbolista.
La cantidad acordada por las partes para cerrar la negociación, según consta en el artículo 6, es de 200 mil dólares.
En el mismo documento, se específica que el 50 por ciento restante de los derechos de Gabas tendrán que ser negociados por el Necaxa con el propio jugador o con quien él lo disponga.
Es entonces cuando aparece el contrato con la empresa Hazle Internacional de México S.A de C.V, documento que La Afición también posee en su poder.
En dicho contrato, Hazle de México se adjudica la propiedad del 50 por ciento restante de los derechos federativos de Pablo Gabas y es representada por Yessenia Arteaga Hernández, quien dice ser representante legal de la empresa.
En el documento se acuerda la venta por parte de Hazle de México al Necaxa de los derechos federativos restantes de Gabas en un monto de 650 mil dólares (más IVA), o sea, 450 mil dólares más de lo que la Liga Alajuelense había tasado el mismo porcentaje de derechos por el jugador.
Pero la diferencia en el monto de los pagos a una y otra parte no es la única anomalía en este asunto, ya que el contrato entre Hazle de México y el Necaxa también es firmado por Marco Antonio de Alba, presidente del club rojiblanco, aunque él nunca reconoció esta rúbrica.
Según la prueba pericial en materia de grafoscopía realizada por el laboratorio pericial en documentoscopía y grafoscopía, con sede en Cancún, Quintana Roo, y de la que La afición también tiene copia, la firma que aparece en el contrato entre Hazle de México y el club Necaxa no fue realizada por Marco Antonio de Alba, o sea, fue falsificada.
El documento pericial, que consta de 23 hojas, explica a detalle los métodos y la teoría en la que se basa para determinar la validez de la firma.
Ahí mismo se hace una comparación entre una firma realizada por Marco Antonio de Alba y la que aparece, supuestamente de él, en el contrato con Hazle.
También se hace un estudio profundo de las otras firmas que aparecen en el documento: la de Yessenia Hernández, representante legal de Hazle de Méxicio, y la de los dos testigos, de los cuales no aparece nombre.
Igualmente se hace un estudio de una firma estampada en un documento pasado por Javier Ramírez Insunza, vicepresidente del Necaxa.
Al final, en su foja 22, la prueba arroja las siguientes conclusiones:
“La firma debitada estampada en la parte inferior del documento denominado Contrato de cesión de derechos económicos, contractuales y de derecho de mando de cualquier operación futura, realizado en la ciudad de Aguascalientes en la fecha de 16 de julio del 2008, no fue escrita y no pertenece al puño y letra del C. Marco Antonio de Alba Obregón”.
Y más adelante se lee: “Esta firma dubitada (la de Marco Antonio Alba) localizada al calce izquierdo del documento denominado Contrato de cesión de derechos económicos, contractuales y de derecho de mando de cualquier operación futura, realizado en Aguascalientes en la fecha 16 de julio del año 2008, presenta rasgos y semejanzas con la firma indubitada 7 (de Javier Ramírez Insunza).
Y concluye: “Con base en lo anterior, expresado y tomando en cuenta todos y cada uno de los aspectos localizados en la firma indubitada 7 (la de Javier Ramírez Insunza), puedo acudir que el origen gráfico de la firma dubitada (la de Marco Antonio de Alba) pertenece a este puño escritor”.
0 Comentarios
Si no tienes una cuenta de Google, puedes comentar poniendo la opción de Nombre/URL para que puedas poner tu nombre o algun enlace a tu cuenta de Twitter, Facebook u otras. No seas un anónimo más.