Por Gerardo Mascareño
Mediotiempo.com
En mis casi 14 años de profesional, jamás nadie me dijo que determinado partido se tenía que perder, tampoco nadie me comentó que nos relajáramos y no jugáramos al 100 por ciento, nunca un contrario se acercó a ofrecernos dinero por perder, nunca ninguno de mis entrenadores planteó un partido deliberadamente mal, ni mucho menos vi a algún compañero dejar de pelear una pelota porque no quería ganar.
Se puede especular cualquier cosa de determinados partidos, por las circunstancias y accidentes de los mismos, o por la importancia del mismo, pero adentro de la cancha la única idea que se tiene es jugar al futbol, todas las cosas que pasan en torno a un partido se quedan fuera, en cuanto "pita" el árbitro; cuánto ganas, de qué color eres, qué marca es tu coche, dónde vives o cómo te apellidas no tiene ningún significado, esos noventa minutos, eres sólo tú y diez cómplices contra quien sea y lo que sea; con un sólo objetivo, ser mejor que el contrario; ya lo que pase en el juego es otra cosa, si tu oponente es mejor que tú, si se equivocó menos o acertó cuando tuvo que hacerlo, son casualidades de este deporte, jamás se pierde intencionalmente, de eso no me cabe la menor duda.
Está claro que más de uno de ustedes piense que yo hablo sólo por mí y lo que viví, es cierto, pero el tiempo que fui profesional estuve en todas las situaciones posibles, desde pelear por el campeonato hasta tratar de evitar el descenso, pasando por torneos que ni "fu ni fa", siete equipos, más de trescientos compañeros y mil circunstancias, nunca siquiera un asomo de corrupción de ninguna clase.
Pueden tener cualquier cantidad de planes los directivos, promotores, periodistas, apostadores, incluso amigos, pero dentro del terreno de juego, y como ha sido toda la vida, los verdaderos protagonistas y los que deciden son los jugadores, yo, por todos y cada uno de ellos, meto las manos al fuego.
En lo que respecta a el arbitraje y lo poco que puedo hablar del tema, los partidos en que yo participé y se puso en tela de juicio la actuación de éste, estoy seguro que nunca fue una intención deliberada de afectar a alguno de los equipos, pasa más bien por errores y malas decisiones, en otros casos por ineptitudes, faltas de criterio y personalidad, repito, en el estricto caso de lo que yo vi y viví.
El sabado en la noche, si Cabañas falla un gol hecho a un metro de la portería, si Ochoa se come uno increible, si expulsan a Pardo, si alguien se lesiona aparentemente de la nada o se meten autogol, yo seguiré creyendo en el futbolista y su honestidad, seguiré creyendo en la pureza de este deporte como tal, dejando a un lado todo lo que lo rodea.
Termino citando nuevamente a Javier Aguirre, "el futbol no es una mierda, el entorno lo es".
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En mis casi 14 años de profesional, jamás nadie me dijo que determinado partido se tenía que perder, tampoco nadie me comentó que nos relajáramos y no jugáramos al 100 por ciento, nunca un contrario se acercó a ofrecernos dinero por perder, nunca ninguno de mis entrenadores planteó un partido deliberadamente mal, ni mucho menos vi a algún compañero dejar de pelear una pelota porque no quería ganar.
Se puede especular cualquier cosa de determinados partidos, por las circunstancias y accidentes de los mismos, o por la importancia del mismo, pero adentro de la cancha la única idea que se tiene es jugar al futbol, todas las cosas que pasan en torno a un partido se quedan fuera, en cuanto "pita" el árbitro; cuánto ganas, de qué color eres, qué marca es tu coche, dónde vives o cómo te apellidas no tiene ningún significado, esos noventa minutos, eres sólo tú y diez cómplices contra quien sea y lo que sea; con un sólo objetivo, ser mejor que el contrario; ya lo que pase en el juego es otra cosa, si tu oponente es mejor que tú, si se equivocó menos o acertó cuando tuvo que hacerlo, son casualidades de este deporte, jamás se pierde intencionalmente, de eso no me cabe la menor duda.
Está claro que más de uno de ustedes piense que yo hablo sólo por mí y lo que viví, es cierto, pero el tiempo que fui profesional estuve en todas las situaciones posibles, desde pelear por el campeonato hasta tratar de evitar el descenso, pasando por torneos que ni "fu ni fa", siete equipos, más de trescientos compañeros y mil circunstancias, nunca siquiera un asomo de corrupción de ninguna clase.
Pueden tener cualquier cantidad de planes los directivos, promotores, periodistas, apostadores, incluso amigos, pero dentro del terreno de juego, y como ha sido toda la vida, los verdaderos protagonistas y los que deciden son los jugadores, yo, por todos y cada uno de ellos, meto las manos al fuego.
En lo que respecta a el arbitraje y lo poco que puedo hablar del tema, los partidos en que yo participé y se puso en tela de juicio la actuación de éste, estoy seguro que nunca fue una intención deliberada de afectar a alguno de los equipos, pasa más bien por errores y malas decisiones, en otros casos por ineptitudes, faltas de criterio y personalidad, repito, en el estricto caso de lo que yo vi y viví.
El sabado en la noche, si Cabañas falla un gol hecho a un metro de la portería, si Ochoa se come uno increible, si expulsan a Pardo, si alguien se lesiona aparentemente de la nada o se meten autogol, yo seguiré creyendo en el futbolista y su honestidad, seguiré creyendo en la pureza de este deporte como tal, dejando a un lado todo lo que lo rodea.
Termino citando nuevamente a Javier Aguirre, "el futbol no es una mierda, el entorno lo es".
1 Comentarios
A webo el entorno es una mierda. Y lo peor es que siempre con esa misma mamadas de las preferencias nos han afectado de todas las maneras posibles. Tan solo recuerdo los primeros 4 partidos de esta temporada o el pinche partido de contra los rayados. Neta que me lamento por que si esos partidos hubiesen sido justos quiza ahora no estariamos en esta Situacion.
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