No era un jugador exquisito con el balón ¡Vamos! Ni siquiera podemos considerarlo un dechado de virtudes. Era un futbolista todo pundonor, que jugaba con reciedumbre, pero que en ocasiones rayaba entre el futbol recio, de honor, en donde meter fuerte la pierna es algo necesario y el futbol sucio, aquel que rompía con todas las reglas.
Octavio Becerril nació el 31 de marzo de 1964 en la Ciudad de México, inició su carrera en el Toluca para jugar más tarde en Veracruz y terminar en Necaxa, en donde sin lugar a dudas tuvo sus mejores temporadas, logrando con la institución tres títulos de liga.
Considerado como uno de los símbolos necaxistas, con su 1.81 metros de estatura y sus apenas 68 kilos, Octavio suplía su aparente fragilidad con el anticipo y con algunas otras virtudes. Becerril fue amonestado 24 ocasiones a lo largo de su carrera y expulsado en más de una decena de oportunidades y aunque era temperamental y solía hablar fuerte a los adversarios tratando de provocarlos, a Octavio se le recuerda sobre todo por una maña que arrastraba desde el polvo sagrado del llano.
Acostumbraba llevar escondido entre su ropa uno o varios alfileres y en el momento justo, cuando nadie lo veía, sacaba su arma punzante y sin chistar, lo clavaba en el glúteo de aquel delantero al que le tocaba marcar. El rival, ante el sorpresivo ataque, pegaba un salto y perdía el control de la situación y aunque reclamaba al árbitro en turno, Becerril juraba y perjuraba su inocencia y como no había prueba alguna, pues el arma había sido arrojada ya al pasto, pues simplemente no había delito que perseguir.
Su actitud, provocó el nacimiento de su mote bien ganado el “Picas”.
En una ocasión cuando jugaba para el Toluca, le tocó marcar a Ricardo Pelaez. El “Picas” hizo de las suyas, le enterró arteramente el alfiler a Ricardo, quien lo persiguió diciéndole mil lindezas y más adelante en otra jugada, frustrado por lo que había pasado, le lanzó un escupitajo al defensa toluqueño. Ante esto, Becerril ni se inmutó, “es cosa de hombres dentro del terreno de juego”, declararía más tarde.
Tiempo después, la vida los pondría en un mismo equipo, ambos jugarían para el Necaxa en la época más gloriosa de esta institución y los dos recordarían por siempre esa anédcota. Antes rivales odiados, ahora grandes amigos.
Obviamente no estamos promoviendo estas u otras artimañas del juego, pero sin lugar a dudas Octavio “Picas” Becerril forma parte del anecdotario del futbol mexicano.
Octavio Becerril nació el 31 de marzo de 1964 en la Ciudad de México, inició su carrera en el Toluca para jugar más tarde en Veracruz y terminar en Necaxa, en donde sin lugar a dudas tuvo sus mejores temporadas, logrando con la institución tres títulos de liga.
Considerado como uno de los símbolos necaxistas, con su 1.81 metros de estatura y sus apenas 68 kilos, Octavio suplía su aparente fragilidad con el anticipo y con algunas otras virtudes. Becerril fue amonestado 24 ocasiones a lo largo de su carrera y expulsado en más de una decena de oportunidades y aunque era temperamental y solía hablar fuerte a los adversarios tratando de provocarlos, a Octavio se le recuerda sobre todo por una maña que arrastraba desde el polvo sagrado del llano.
Acostumbraba llevar escondido entre su ropa uno o varios alfileres y en el momento justo, cuando nadie lo veía, sacaba su arma punzante y sin chistar, lo clavaba en el glúteo de aquel delantero al que le tocaba marcar. El rival, ante el sorpresivo ataque, pegaba un salto y perdía el control de la situación y aunque reclamaba al árbitro en turno, Becerril juraba y perjuraba su inocencia y como no había prueba alguna, pues el arma había sido arrojada ya al pasto, pues simplemente no había delito que perseguir.
Su actitud, provocó el nacimiento de su mote bien ganado el “Picas”.
En una ocasión cuando jugaba para el Toluca, le tocó marcar a Ricardo Pelaez. El “Picas” hizo de las suyas, le enterró arteramente el alfiler a Ricardo, quien lo persiguió diciéndole mil lindezas y más adelante en otra jugada, frustrado por lo que había pasado, le lanzó un escupitajo al defensa toluqueño. Ante esto, Becerril ni se inmutó, “es cosa de hombres dentro del terreno de juego”, declararía más tarde.
Tiempo después, la vida los pondría en un mismo equipo, ambos jugarían para el Necaxa en la época más gloriosa de esta institución y los dos recordarían por siempre esa anédcota. Antes rivales odiados, ahora grandes amigos.
Obviamente no estamos promoviendo estas u otras artimañas del juego, pero sin lugar a dudas Octavio “Picas” Becerril forma parte del anecdotario del futbol mexicano.
Mediotiempo.com
6 Comentarios
Ole, ole, ole, ole.... Picas... Picas!!!!
ResponderEliminarAwante el Picas!!!
arriba el picas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ el ultimo de los grandes de los noventas que seguia en el necaxa Al picas para director tecnico¡¡¡¡¡
ResponderEliminarUna anecdota, aparte como persona es un GRANDE, hace poco tres amigos y yo del comando nos lanzamos a Aguscalientes para el partido vs Atlante a puerta cerrada con la ilusión de poder entrar, insistimos pero no se podía, total no llevabamos mucho dinero, es más nada jeje, fuimos a la casa club y le expusimos nuestra situación al profe Picas, sin pedirle nada, nos dijó: ay hijos ya ven para que se vienen así, total se metío a la casa club y desaparecio... cuando de pronto sale un muchacho de los que trabajan en Necaxa y nos dice con un billete en la mano, tomen el profe picas les mando esto :) sin duda no es el dinero, ni mencionare la cantidad, no se trata de eso, se trata del GESTO HUMANO QUE ESTE GRAN NECAXISTA TIENE CON OTROS QUE IGUAL SENTIMOS SUS COLORES
ResponderEliminarNunca se me va olvidar
¡¡¡QUE GRANDE ERES PICAS!!!
en otra ocasion el comando se fue a chiapas sin nada, en esos tiempos de aguinaga de directivo, les pedimos al picas y a otros algun boleto que les sobrara, entre el picas y el jerry galindo nos llevaron un fajo de boletos y algunas monedas, lo gracioso es que eramos 10 y nos dieron 35 boletos jeje
ResponderEliminarvenga ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ese "PICAS" si es hombre no payaso como otros que han pasado por este gran equipo y como sugerencia me gustaria ver algo parecido de Efrain "CUCHILLO" Herrera saludos a toda la banda necaxista ¡¡¡
ResponderEliminarExcelente articulo, arriba el Picas, en cuanto al comentario de Andres es una gran anecdocta jajaja ya tienes algo que contarle a tus nietos jeje. Saludos desde Tampico
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