Por Enrique Gutiérrez
México, 29 May 2010.- Lo que son las cosas: aquel mexicano que fue el primero en anotar gol en el estadio Azteca, al que llaman siempre en cada aniversario del Coloso de Santa Úrsula para tomarse la foto y sonreír frente a las cámaras, actualmente vive gracias al apoyo económico de sus amigos y hermana, pues está divorciado y desempleado desde hace ya algunos años... Vaya, ni sus hijos ni sus nietos se acuerdan de él.
Se trata de Roberto Martínez Márquez, mejor conocido en el mundo del balompié como "El Loco" o "El Caña Brava", quien luego de alcanzar la gloria el 5 de junio de 1966 al anotar el primer gol de un jugador azteca en el coloso de Santa Úrsula y único de su equipo en la derrota 1-3 del Necaxa frente al Valencia, ahora le han arrebatado la inmortalidad al quitarle incluso la placa conmemorativa que recordaba aquel gran e histórico momento.
"No, no se me ha hecho justicia... Me han hecho homenajes y cosas así, pero de ahí no pasa. Incluso mi placa conmemorativa que estaba junto con la de Arlindo en el Azteca ya fue retirada, porque él sí es de Televisa y yo no, yo era del Atlético Español", indica la leyenda.
De cómo se siente de haber tenido la fortuna de hacer la primera anotación de un mexicano en el Azteca, dijo que "me siento una persona privilegiada. Es una satisfacción muy grande porque me trae muchos recuerdos y los recuerdos no tienen caducidad", pero la gloria quizá sí.
"No, pues actualmente ya no hago nada. En las mañanas no hago nada, por las tardes descanso y ando buscando un ayudante. Nada tengo, ni negocio ni trabajo ni nada, ni siquiera esposa porque soy divorciado. Tengo cuatro hijos, pero nadie ve por mi, nadie, nadie", reconoce.
"Soy una persona desempleada que tiene su casa (la cual prácticamente se la regaló y amuebló el padre de Raúl Orvañanos), con la dicha de tener muchas amistades que me ayudan económicamente y pues de eso vivo, así como de mi pensión como persona de la tercera edad (750 pesos mensuales). Llevo dos o tres años sin chamba por cosas de mi rodilla y una enfermedad que me aqueja y que me ha hecho perder mucho peso, pero mi hermana también me ha ayudado", agrega.
Si en algún momento la propia familia no lo reconoce como leyenda del futbol, aclara que "me han reprochado que por qué no me ayuda la gente, los dirigentes... No me valoran, la familia no, ni nadie. Bueno, casi nadie, porque la gente que me llega a reconocer, pues qué bueno, pero la que no, pues...".
Pensativo, escudriñando lo que quizá hizo mal, entonces reflexiona: "Incluso, si quiero ir al Azteca tengo que comprar mi propio boleto, porque ni siquiera me han dado una acreditación o algunos asientos para poder ir a ver algún partido. Voy más a ver al Cruz Azul".
Sobre cómo terminó así, señala que "cuando dejé el futbol le hice de todo, trabajé en la PGR, en Licencias y en varios lados más por los que, incluso, ni soy jubilado ni pensionado, aunque fíjate lo que son las cosas, donde gané más luego de que me retiré fue en la Liga Bancaria".
Y entonces hace una analogía con lo que actualmente ganan los grandes jugadores: "No, hombre... Con las grandes cantidades que se reparten ahora, yo quisiera nada más jugar un mes ganando lo que Cuauhtémoc Blanco o cualquiera de la Selección y con eso tengo para retirarme tranquilamente, sin problemas".
"Pero pese a tanto que les pagan, no saben jugar. Cuando reciben o llevan el balón ya no voltean a ver si traen marca, nadie les han enseñado ni a tirar y, para lo que ganan, pues sí: aunque me da pena decirlo, tiempos pasados fueron mejores, porque antes había más respeto, amor a la playera y no al dinero", agrega.
Si el haber terminado desempleado y sin dinero se debe a que fue ingenuo en su época de jugador, al derrochar lo poco o mucho que llegó a ganar, culmina diciendo que "no, lo que pasa es que fueron otros tiempos y yo siempre he sido sencillo y humilde, por lo que sólo le pido a la vida salud, nada más".
Y así se despide este gran personaje del futbol mexicano, quien vive solo en la colonia Morelos, en una casa de dos pisos con muebles viejos y paredes cuarteadas, donde en los muros de la sala y comedor permanecen imágenes de sus años gloriosos como extremo derecho del Necaxa, lo último y único que le queda.
México, 29 May 2010.- Lo que son las cosas: aquel mexicano que fue el primero en anotar gol en el estadio Azteca, al que llaman siempre en cada aniversario del Coloso de Santa Úrsula para tomarse la foto y sonreír frente a las cámaras, actualmente vive gracias al apoyo económico de sus amigos y hermana, pues está divorciado y desempleado desde hace ya algunos años... Vaya, ni sus hijos ni sus nietos se acuerdan de él.
Se trata de Roberto Martínez Márquez, mejor conocido en el mundo del balompié como "El Loco" o "El Caña Brava", quien luego de alcanzar la gloria el 5 de junio de 1966 al anotar el primer gol de un jugador azteca en el coloso de Santa Úrsula y único de su equipo en la derrota 1-3 del Necaxa frente al Valencia, ahora le han arrebatado la inmortalidad al quitarle incluso la placa conmemorativa que recordaba aquel gran e histórico momento.
"No, no se me ha hecho justicia... Me han hecho homenajes y cosas así, pero de ahí no pasa. Incluso mi placa conmemorativa que estaba junto con la de Arlindo en el Azteca ya fue retirada, porque él sí es de Televisa y yo no, yo era del Atlético Español", indica la leyenda.
De cómo se siente de haber tenido la fortuna de hacer la primera anotación de un mexicano en el Azteca, dijo que "me siento una persona privilegiada. Es una satisfacción muy grande porque me trae muchos recuerdos y los recuerdos no tienen caducidad", pero la gloria quizá sí.
"No, pues actualmente ya no hago nada. En las mañanas no hago nada, por las tardes descanso y ando buscando un ayudante. Nada tengo, ni negocio ni trabajo ni nada, ni siquiera esposa porque soy divorciado. Tengo cuatro hijos, pero nadie ve por mi, nadie, nadie", reconoce.
"Soy una persona desempleada que tiene su casa (la cual prácticamente se la regaló y amuebló el padre de Raúl Orvañanos), con la dicha de tener muchas amistades que me ayudan económicamente y pues de eso vivo, así como de mi pensión como persona de la tercera edad (750 pesos mensuales). Llevo dos o tres años sin chamba por cosas de mi rodilla y una enfermedad que me aqueja y que me ha hecho perder mucho peso, pero mi hermana también me ha ayudado", agrega.
Si en algún momento la propia familia no lo reconoce como leyenda del futbol, aclara que "me han reprochado que por qué no me ayuda la gente, los dirigentes... No me valoran, la familia no, ni nadie. Bueno, casi nadie, porque la gente que me llega a reconocer, pues qué bueno, pero la que no, pues...".
Pensativo, escudriñando lo que quizá hizo mal, entonces reflexiona: "Incluso, si quiero ir al Azteca tengo que comprar mi propio boleto, porque ni siquiera me han dado una acreditación o algunos asientos para poder ir a ver algún partido. Voy más a ver al Cruz Azul".
Sobre cómo terminó así, señala que "cuando dejé el futbol le hice de todo, trabajé en la PGR, en Licencias y en varios lados más por los que, incluso, ni soy jubilado ni pensionado, aunque fíjate lo que son las cosas, donde gané más luego de que me retiré fue en la Liga Bancaria".
Y entonces hace una analogía con lo que actualmente ganan los grandes jugadores: "No, hombre... Con las grandes cantidades que se reparten ahora, yo quisiera nada más jugar un mes ganando lo que Cuauhtémoc Blanco o cualquiera de la Selección y con eso tengo para retirarme tranquilamente, sin problemas".
"Pero pese a tanto que les pagan, no saben jugar. Cuando reciben o llevan el balón ya no voltean a ver si traen marca, nadie les han enseñado ni a tirar y, para lo que ganan, pues sí: aunque me da pena decirlo, tiempos pasados fueron mejores, porque antes había más respeto, amor a la playera y no al dinero", agrega.
Si el haber terminado desempleado y sin dinero se debe a que fue ingenuo en su época de jugador, al derrochar lo poco o mucho que llegó a ganar, culmina diciendo que "no, lo que pasa es que fueron otros tiempos y yo siempre he sido sencillo y humilde, por lo que sólo le pido a la vida salud, nada más".
Y así se despide este gran personaje del futbol mexicano, quien vive solo en la colonia Morelos, en una casa de dos pisos con muebles viejos y paredes cuarteadas, donde en los muros de la sala y comedor permanecen imágenes de sus años gloriosos como extremo derecho del Necaxa, lo último y único que le queda.
Fuente: El Universal
6 Comentarios
que Ojete!!!! ayy que Chilangos
ResponderEliminarmari
pues estoy seguro de que si nos proporcionan su direccion el comando nos podemos organizar algo
ResponderEliminarpara ayudarle...
en el futbol todos olvidan, menos la aficion...
MIENTRAS TANTO HAY CADENAS DE AUTOSERVICIO QUE LES DAN PREFERENCIA A PERSONAS CON SUS CUALIDADES PARA QUE LABOREN!, DIGO HAY QUE VER EL AQUI Y AHORA.. SUERTE Y ANIMOOO!
ResponderEliminarPues precisamente se acaba de crear una asociacion de ayuda al ex jugador, deberia acercarse ahí la preside Manuel Negrete, pero no deja de ser una tristeza que todoslo hayan olvidado, ya no como futbolista, si no como persona.
ResponderEliminarAnimo
yo no soy chilango...
ResponderEliminarsemos "Coperacha" no??
Hola Roberto ojala y veas esta nota y recuerdes a tu amigo Rubén. De santa Julia yo tenía una pollera junto a casa Lara. Me recuerdas. Mil bendiciones amigo
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