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El 'Chato' Ortiz

Nota: Este texto fue publicado en Pluma Libre hace casi un año a causa del fallecimiento de Guillermo 'Chato' Ortiz. Hoy a un año de su muerte lo reproducimos aquí.

Por Manelich Quintero H.

ORIZABA, Ver., 23 Dic 09.- Pues nada, que tras emprender el viaje al Descanso Eterno la semana que termina, nace el mito del "Chatito" Guillermo Ortiz, un necaxista de pura cepa, con una zurda de oro que fue admirado y aplaudido por sus disparos letales frente al arco rival.

Afectado por el maldito cáncer que le atacó la garganta, el artillero dejó este llamado Valle de Lágrimas el jueves 17 del mes que termina, murió en su domicilio enclavado en Naucalpan de Juárez, en el Estado de México, en la zona conurbada con el Distrito Federal, a la edad de 70 años.

De ellos dedicó casi diez al Futbol profesional, su pasión, defendiendo la camiseta rojiblanca del Necaxa y cerrando su ciclo de jugador activo enfundado con la casaca del Atlante. Y por supuesto que portó el uniforme de la Selección Nacional.

Y nace el mito del "Chatito" Guillermo Ortiz simple y sencillamente porque debido al atrevimiento de los pelmas y advenedizos en las filas del periodismo, en especial los que abundan en las páginas virtuales, llamadas también Portales, quienes sin conocimiento de causa agregan o quitan, pero sobre todo exponen datos inexacto en torno al personaje que nos ocupa.

Es decir, que cuentan acciones imaginarias dizque basados en la historia de Guillermo, de sus andanzas por las canchas.

Una de las falsedades es manifestar que solo jugó para el Necaxa, y otra que Ignacio Trelles lo envió a la cancha para el segundo juego en contra de España en el Campeonato Mundial Chile 1962.

El "Chato" Ortiz llegó a las filas rojiblancas del Necaxa cuando tenía nueve años de edad, fue escalando peldaños y divisiones, hasta llegar al plantel del máximo circuito futbolístico de México. Tuvo entre otros entrenadores al "Viejo" Donald Ross, el uruguayo que condujo al Guadalajara a la conquista del primero de once títulos en 1957.

Guillermo fue uno de los protagonistas del juego que Necaxa ganó 4-3 al Santos de Brasil con Pelé en sus filas. Se dice pronto, pero sin duda que este encuentro ha sido uno de los episodios más destacados, brillantes y que algunos aseguran está como una de las páginas de oro en lo anales del balompié mexicano.

El popular equipo brasileño llegó a México para participar en Torneo Pentagonal, con un palmarés que asustaba al conjunto más osado, con una cadena de 20 juegos invicto y encabezando a esa constelación de estrellas un moreno de 20 años de edad, nativo de Tres Corazones, de nombre Edison Arantes do Nascimento. El Rey del Futbol y una auténtica Perla negra dentro y fuera de las canchas.

Brillaba con luz propia en la portería Laercio, el mejor arquero de Brasil y titular indiscutible en la Selección Nacional de su país.

Necaxa por su prosapia y quehacer futbolístico de alto nivel fue nominado para formar parte de esa quintilla de equipos. Un conjunto rojiblanco denominado Electricistas, que quitaba moños al más pintado y que protagonizaba partidos inolvidables en el Campeonato de la Primera División. Destacándose en los últimos quince minutos de cada entrevista.

Si, porque el marcador no importaba. Podían ir empatados o superados por su rival en turno y en ese periodo de tiempo racionaban jugando por nota y terminaban con el triunfo en al bolsa.

También salían del campo con la derrota a cuestas, cuando todo mundo apostaba por su victoria. Eran como agitanados, pero siempre jugando con entrega sin par sobre el engramado en cualquier plaza.

Además del Santos de Brasil llegó también de Sudamérica el Independiente, los Rojos de Avellaneda de Buenos Aires, Argentina.

Guadalajara con su título de monarcas de la localidad, el Oro, los Mulos de Oblatos, y Necaxa pusieron la cuota del Futbol Mexicano.

Desde hace 48 años jugadores de ese Necaxa se reúnen en la Casona del Giaco, el negocio de Reynaldo Giacomini, especialista en la cocina Argentina, donde destaca el asado criollo, las pastas, ensaladas y por supuesto buen vino, extracto de los viñedos mendocinos. No siempre acuden todos los que alinearon en se juego, pero con los que acuden se forma una buna chorcha. Una reunión en la que se confirma que recordar el vivir, pero es mejor vivir para recordar los vivido. Y hablan de ese duelo como si hubiese sido la víspera.

Fue la noche del jueves dos de febrero de 1961 cuando ingresaron a la cancha histórica del estadio Olímpico de Ciudad Universitaria necaxistas y santistas.

Todo mundo, seguidores y no, del Necaxa apostaban al número de goles que anotarían los brasileños. Pero los jugadores pensaban diferente, eran otros tiempos y ellos llegaron al magno escenario de la Máxima Casa de Estudios del mundo hispanoparlante a bordo de sus automóviles. Recuerdo que en una ocasión Jorge Morelos, que era el portero titular del equipo rojiblanco manifestó que en parte del dialogo con Dante Juárez, “El Morocho”, quien iba a su lado le manifestó: “Todos vienen a ver jugar a Pelé, pero van a ver jugar a Dante”.

El inmueble del Pedregal de San Ángel estaba colmado a toda su capacidad por fanáticos que desafiaron el clima gélido.

Dante Juárez, bautizado con el alias de Morocho, por el color moreno de su piel, costumbre muy argentina de denominar así a la gente de piel sepia, fue el primero que emigró al Reposo Perpetuo. Esa noche memorable anotó dos goles, como si lo dictara un guión de novela: puso a funcionar el marcador (a los dos minutos de acción) y cerró la cuenta (a los 34 minutos del segundo tiempo) dando la victoria histórica al Necaxa.

Y para asombro de los asistentes luego del primer gol de Dante, cuando estaba por cumplirse el minuto once, el “Yuca” Agustín Peniche anotó el segundo pepino de los necaxistas ante el delirio de los pobladores de la gradas; el argentino Alberto Evaristo cobro un tiro libre y el espigado extremo izquierdo remató con la frente para vencer a Laercio que se tiro inútilmente a su costado zurdo.

El brasileño Pepe, calvo prematuro de pocos cabellos pero talento inmenso, anotó a los 15 minutos ara acortar (1-2) distancias y 15 minutos más tarde Coutinho, un gordito simpático y pareja sin igual con Pelé para las jugadas de pared, puso a funcionar el marcador para el 2-2. Y así terminó el primer tiempo.

El “Chato” Ortiz aprovechó un servicio preciso del “Morocho” Dante Juárez para anotar y poner de nueva cuenta en ventaja al Necaxa.

Los de Santos reaccionaron y lograron poner tablas la entrevista por segunda ocasión en la noche. Pepe anotó lo hizo por la vía del disparo desde el manchón de penal, sancionando mano del “Fu” Tomás Reinoso dentro del área necaxista.

Expertos y fanáticos consideraban que el resultado era bueno para el Necaxa, le venía bien el 3-3 a los mexicanos.

Pero no contaban con la reacción de los Electricistas y en el minuto 34 de la parte complementaria el “Pato” Alberto Baeza le envió un servicio extraordinario a Dante Juárez que aprovechó para anotar y dar la victoria al Necaxa.

La escuadra rojiblanca jugó con Jorge Morelos; Héctor González Larrazolo, Pedro Dellacha, Pedro Romero y Tomás Reinoso; Reynaldo Giacomini, Alberto Baeza, Alberto Evaristo, Dante Juárez, Guillermo Ortiz y Agustín Peniche.

Santos perdi con Laercio; Dalma, Mauro, Ze Carlos, Zito, Calvet, Dorval, Mengalvio, Coutinho, Pelé y Pepe.

Guillermo Ortiz no robó su talento a nadie. Lo heredó.

Si, su padre que vio la luz primera en Guadalajara, formó parte del Necaxa, de ese Necaxa Campeonísimo denominado Once Hermanos.

Un Necaxa que tiene historia de la grande. Baste señalar que fue un conjunto monarca en dos décadas, la de los años treinta y la de los 90. Además de ocupar un tercer lugar en el Campeonato Mundial de Equipos.

Un Necaxa ligado al balompié de Orizaba por dos razones extraordinarias: Primero porque ahí militó como portero y entrenador el austriaco Ernesto Pauler, el llamado Botero del Volga, que echó raíces y emprendió el viaje al Descanso Eterno en Orizaba donde reposan sus restos.

Segundo porque el Necaxa llamado los Once Hermano, integrado por nueve jugadores nacidos en Jalisco, y un peruano (Julio Lores, naturalizado mexicano), militó Antonio Azpiri, bautizado como el León de las Canchas, quien vio la luz primera en Tlalixcoyan, a muy tierna edad su familia se arraigó en Pluviosilla por lo que siempre se le conoció como orizabeño.

Marcial Ortiz atendió al mote de “El Ranchero”, quien indujo a sus hijos a practicar el Futbol. Guillermo desde temprana edad demostró sus cualidades. Pero solo empleaba la pierna izquierda para disparar, además de rematar con certeza con la frente, la pierna derecha como decía la abuela: “Mijo, la empleaba solo para subir el tranvía”.

Sus cualidades de artillero lo llevaron a ser convocado por Ignacio Trelles a la selección nacional que se alistaba para participar en el Campeonato Mundial de Futbol celebrado en canchas de Chile en 1962. Pero en una jugada accidental le pusieron un “banquito” y se fracturó la pierna derecha, la del apoyo, motivo por el cual no estuvo en la lista definitiva. Debido a su entrega y profesionalismo formó parte de la delegación mexicana, abordó el avión que les traslado al país trasandino en una silla de ruedas. Y vio las acciones desde las gradas de los partidos contra los seleccionados de Brasil, España y Checoslovaquia.

Fue un símbolo del Necaxa.

Para nadie es un secreto que la ignorancia de los directivos necaxista, encabezados por Justino Compeán llevaron al equipo al descenso. Rompiendo con una tradición gloriosa.

El “Chato” Guillermo Ortiz se reunió en el estadio celestial con el “Morocho” Dante Juárez, dos protagonistas de uno de los juegos más memorables protagonizado por un equipo mexicano.
Fuente: Pluma Libre

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2 Comentarios

  1. Da gusto leer noticias asi te emociona saber que tu equipo tiene una gran historia a sus espaldas, pero al ver el presente te da coraje el ver como los intereses personales del dueño han acabado con este equipo, no obstante los verdaderos aficionados estamos con el equipo esperando grandes glorias como las de antaño. AGUANTE NECAXA¡¡¡¡

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  2. Exactamente Alfredo, Lastima que nuestro dueño de porqueria llamado Emilio Azcarraga Jean no sepa valorar a tan grande institución con toda una gran historia como el Necaxa, Ojala algun dia se acaben las injusticias de Emilio hacia nuestro equipo y nos venda a alguien que en verdad sepa valorarnos como lo merece esta gran Institución Necaxista.

    ¡CAMPEONÍSIMO SOLO HAY UNO Y ES EL NECAXA DESDE 1935!

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