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“Mayday, mayday”

Por Eduardo Brizio

Todo parece indicar que el ciclo del ruso Brailovsky con el Necaxa ha llegado a su fin y habrá que ver quién es el valiente que lo toma

Hidrorrayos del Necaxa, tienen un pie en el averno de la División de Ascenso y el otro en una cáscara de plátano. Tal y como si lo hicieran a propósito, han cometido una cadena de errores que los han llevado a esta angustiosa y aparentemente insalvable situación.

Por principio de cuentas, aparentemente sin estar conscientes de lo “injusto” del sistema de competencia, aunque “reforzaron” al equipo recién ascendido, contrataron a jugadores de medio pelo, que de antemano se sabía que no serían la solución. Optaron por la “continuidad” y decidieron “apoyar” a Omar Arellano, timonel que había hecho la hombrada de regresarlos al máximo circuito, pero la impaciencia y la falta de tolerancia suelen ser malos consejeros en el balompié mexicano y luego de seis encuentros, en los que había empatado tres y perdido tres, lo echaron sorpresiva e ignominiosamente de la institución.

La medida pareció precipitada, pero entonces, lejos de que llevar a un técnico “probado” como El Capello Mario Carrillo, Daniel Guzmán o hasta Sergio Bueno, quien tiene experiencia en esos menesteres de lidiar con el descenso, dejaron estupefactos a propios y extraños y el ungido resultó ser Daniel Alberto El Ruso Brailovsky.

El argentino fue uno de los futbolistas más habilidosos y espectaculares que han venido a nuestro país, e independientemente de que salió huyendo, temiendo por la seguridad de los suyos luego del fatídico terremoto de 1985 que cimbró a México, regresó convertido en un gran analista y así nos lo dejó saber en la pantalla chica, cuando en ESPN daba cátedra utilizando sus conocimientos balompédicos. Sin embargo, no es lo mismo ser director técnico de televisión que hacerlo en la vida real, y ese fue otro de los factores que no tomaron en cuenta, porque Brailovsky ya había fracasado rotundamente en las dos incursiones que había tenido en el futbol de a de veras: cuando dirigió a los Tiburones del Veracruz en 2002 y cuando lo hizo años después con las Águilas del América.

Al tener nuevamente la oportunidad de reforzar el plantel una vez concluido el Torneo Apertura, tropezaron de nuevo con la misma piedra y lo más grave... con el mismo pié. Baste mencionar que las contrataciones estelares para salvar al equipo fueron nada más y nada menos que: El Negro Sandoval y El Torito Silva.

Todo parece indicar que, tirando patadas de ahogado, el ciclo del Ruso Brailovsky ha terminado y no se sabe quién será el osado que intentará agarrar al toro por los cuernos, en lo que se antoja una misión imposible para salvar al equipo. Se hunde el barco, auxilio, socorro, SOS... Mayday, mayday. 
Fuente: El Universal

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