Por Taker
Con esas palabras podíamos definir el partido de ayer en Toluca. Si, fue un partido épico e histórico, un partido que parecía perdido y que parecía condenarnos al descenso. Un partido que se ganó gracias al corazón y a los huevos de nuestros guerreros.
Un partidazo en el que pese a estar perdiendo 2-0 nuestro equipo nunca bajó los brazos y fue capáz de remontar aún cuando tenía todo en contra: El estadio, el público y la presión en torno al equipo y su situación.
Tuve la fortuna de estar apoyando a Necaxa desde la tribuna del Estadio Nemesio Diez, estando rodeado de amigos y pasando de la tristeza al gozo por la espectacular remontada del equipo ante el 'temible' Toluca. Y digo 'temible' no por menospreciar al que sin duda es un gran equipo, sin no porque Necaxa dominó la mayor parte del partido a un equipo que era favorito para llevarse los 3 puntos.
Debo reconocer que cuando cayó el segundo gol de Toluca todo parecía definido y la tristeza quería apoderarse de nosotros. Sin embargo el ingreso de Darío Gandín y de Ismael Iñiguez nos cambió el partido de inmediato ya que ambos participaron en la jugada del primer gol de Necaxa, alimentando con ello nuestras esperanzas.
Después vino el golazo de Christian Suárez, quien pese a estar fundido no dejaba de correr cuando el balón iba a su zona. Ese gol del ecuatoriano empató el partido y nos daba la sensación de que podíamos ganarlo porque desde minutos antes, cuando había caído el gol de Iñiguez el momento del partido era nuestro.
3 minutos después de empatar, de nueva cuenta Suárez definió el 3-2 para darle la vuelta al partido, para cerrar bocas, para demostrar que este equipo tiene un corazón enorme y ganas de pelear una pelea que todos dicen desde hace semanas que tenemos perdida. No señores, Necaxa está vivo.
Si el 2-2 había sido un balde de agua fría para el Nemesio Diez y una explosión para los necaxistas presentes, no pueden imaginarse como se vivió el 3-2. Todos los aficionados vestidos de rojiblanco gritamos el gol como pocas veces y brincamos como hace mucho tiempo no lo hacíamos. Nuestras cervezas terminaron derramadas a nuestros pies y de nuevo hubo lágrimas, pero esta vez eran lágrimas de felicidad por lo que estaba haciendo nuestro equipo en la cancha.
Suárez mató con su gran actuación al invicto Toluca, a aquellos Diablos que en 6 partidos habían recibido un solo gol. A aquel Toluca al que no vencíamos desde Septiembre de 2003. Pero ojo, no solo fue Suárez, también fue Ledesma, Chávez, Barbosa, Silva, Pérez, Quattrocchi... y todos los jugadores que ayer tuvieron participación.
Incluso la suerte jugó de nuestro lado ya que un golpe a nuestro capitán le abrió la cega de mala manera y eso hizo que la salida de Suárez no se diera. Suárez no podía más y el quería salir a descansar pero la situación obligó a Sergio Bueno a sacar a Pablo Quattrocchi en el ultimo cambio que nos quedaba. El 'Jefe' se fue y eso permitió que 'El chivo' -como le llaman en Ecuador- se convirtiera en la figura de la jornada tras el esfuerzo y los goles que hizo después del ingreso de Ulises Mendivil.
Si señores, Necaxa sigue vivo y quiere quedarse. Y esto aún no se acaba. Por lo pronto, ahora tenemos que comenzar a pensar en Santos.
Awante Neca!
3 Comentarios
AMén. Vas a ver que nos vamos a salvar y tendrás que paga un dominio y yo raparme el escudo :O
ResponderEliminarY el tatuaje... y lo que le aumenté de dejar la chela hasta navidad. Imaginame sin chela :(
ResponderEliminarCreo que los que tuvieron la oportunidad de estar ahí,no sólo vieron ganar al equipo,sino también fueron testigos de algo histórico.Ya sé que todavía falta mucho para salvarse,pero esto puede ser un parteaguas.
ResponderEliminarPor otra parte,algo que me llamó mucho la atención. Fue cuando Sergio Bueno iba camino a los vestidores.Se le veía emocionado,contento,creo que no me estoy aventurando al decir que hasta con ganas de llorar.
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