Opinión PR | ¿División de segunda o fútbol de segunda?

Por Rafael Vera.

@rafaelverasa

Saludos a todos, espero que se encuentren bien. Tal vez influya el hecho de que ando de malas al momento de escribir esta nota, tal vez sea que solo lo pienso así, o tal vez sea que algunas impresiones acerca del nuevo Acenso se me hacen tan desacertadas como lamentables. Mucho se habla de que la liga en donde el Necaxa se alojará por, por lo menos, otro año, es una verdadera vergüenza, que es molera y digna de un país centroamericano. Hay mucho de cierto en eso; pero descalificar, con justificación o no, a los equipos no me parece del todo adecuado.

La triste situación del fútbol mexicano más se debe a las reglas tan ambiguas, poco claras y ajustables a la situación que se presente, más se debe a que el fútbol tiene un solo dueño (por más que la visión de Decio, el compinche del dueño, diga que la visión de la liga sea tener un equipo por empresario)… En fin, más se debe a que, para que el Ascenso sea catalogado como un producto de una muy pobre calidad, es porque los dueños y la marca en su totalidad, entiéndase Don Emilio y el fútbol mexicano, son un producto que no cumple con los estándares: para ser una división de segunda, el fútbol tiene que ser de segunda también.

Muchos me dirán que estoy exagerando con estos comentarios; pero pongámonos dando un vistazo a muchas cosas del producto futbolístico y su entorno y entenderemos que no es que haya que estar avergonzado de jugar contra Ballenas o Alebrijes; de lo que realmente hay que estar avergonzado y preocupado es de la situación del fútbol actual:

1) La Primera División tampoco pinta muy honorable. Cuando ves que el equipo que deportivamente se despidió de la categoría de honor solo tuvo que buscar una franquicia que se ofertara al mejor para quedarse en primera, cuando ves que a un equipo que llevaba cinco años acumulando fracasos al intentar regresar a la primera división le bastó sólo acomodar las reglas a su conveniencia, nos daremos cuenta que, por equipos que no son dignos de jugar en primera y se encuentran ahí, la primera se devalúa en automático.

2) El nivel del fútbol mexicano en general está por los suelos y nadie lo reconoce. Para muestra basta un botón: la pasada final entre aguiluchos y albañiles fue, a mi juicio, la más aburrida que recuerdo desde aquella que enfrentó al Pachuca con el San Luis de Raúl Arias. Hasta antes de los dos goles agónicos del empate, se vieron dos partidos INFUMABLES. No obstante, si alguien pregunta cualquier persona dirá que fueron dos partidazos. Con qué poco nos conformamos.

3) El mexicano es víctima de la mercadotecnia, compra la primera mugre que le ofrezcan y le pinten bonito. Y no solo en el fútbol, en general en todo. Un muy mal producto mediático es ahora nuestro Presidente (y la segunda opción era otro pésimo producto con delirios de persecución). Más del lado del fútbol, si nos dicen que la selección es lo máximo, lo compramos en automático aunque no sea así; si nos dicen que el Clásico es un juegazo, lo damos por hecho aunque la mayoría de las veces los juegos sean 0-0’s o 1-0’s más aburridos que leer el informe presidencial un domingo por la mañana después de un sábado de fiesta. Mientras el consumidor siga proveyendo de los recursos suficientes para hacer rentable el negocio, no hay ningún incentivo a cambiar la mugre que se ofrece.

4) El fútbol no está exento de la crisis que vive el país. Esto hace que los dueños de las franquicias protagonistas de los cambios múltiples berreen por confundir apoyos con limosnas. Además, se me hace inaceptable que sean los gobiernos y no la iniciativa privada los que provean recursos a los clubes o les ahorren gastos. Y todavía más inaceptable que los mismos dueños de los clubes ocupen eso como un argumento de peso para justificar sus mudanzas. Pero, siendo sinceros, siempre habrá dinero para gastarlo en algo, siempre y cuando aquello en lo que se gasta lo haga ver más como una inversión que como un gasto. Si el producto es malo y, por lo tanto deja de ser atractivo, es obvio que pocos desearán invertir dinero en eso.

5) Copiamos las ideas de otros países; pero siempre las mexicanizamos de tal manera que todo se echa a perder. Decio, los dueños y los defensores de estos siempre argumentan que en Estados Unidos se tiene institucionalizado el sistema de franquicias. Eso es cierto, pero lo que no tienen en cuenta en que la manera en que las ligas profesionales hacen esos cambios implica mucha revisión y no decisiones de solo una semana. Antes de cambiar una franquicia en el gabacho, se agotan todas las posibilidades, incluido el apoyo de la misma liga, cosa que yo no he visto de parte de nuestra liga.

Seamos realistas, el fútbol mexicano dista mucho de ser bueno y su liga de ser el producto que De María pregona por todos lados. Ha habido ciertos destellos; pero mientras no se hagan cosas grandes con la selección mayor, de nada servirán los mundiales infantiles o las medallas de oro. Por eso yo no digo que me da vergüenza jugar en el Ascenso porque los equipos se llamen como si fueran de una liga centroamericana, me da vergüenza porque el Rayo no ha hecho lo suficiente para estar en primera; pero, sobre todo, me da vergüenza por el pobre nivel y la risible situación del futbol en la actualidad. Sin más, me despido. Fuerza Rayos y nos estamos leyendo.