Opinión PR | Por si regresas (cinco años después)

Por Alex.
@Alexderayos

Hace cinco años, cuando Necaxa descendió por segunda vez a la Liga de Ascenso (en ese entonces), escribí unas palabras que hoy pueden parecer algo exageradas, tal vez ya ni tengan valor puesto que, por fin, los Rayos regresaron a la Primera División, sin embargo, como lo explicó en las líneas siguientes, prometí darlo a conocer.

De cierta forma también debo agradecer todo este tiempo en el infierno, porque fue gracias a esta etapa que conocí muchas cosas de mí y lo que el equipo simboliza en mi vida; conocer personas y hacer nuevos amigos que, junto conmigo, han estado en las buenas y en las malas. Quizá lo hayan experimentado, o no...



...Han pasado unos días desde que te has ido. Resulta tan complicado saber que aun estando aquí (Primera) ya no estás y qué deberás atormentarnos, o al menos a mí, viéndote en donde, otra vez, ya no te veré y sencillamente no se me hace justo.

Me siento sucio, traicionado y vacío; tengo además mucho coraje, conmigo, con los dueños, con jugadores, pero sobre todo contigo por esa incapacidad de soltarte de la maldita esclavitud en la que estamos metidos como nación, por tu culpa.

Aún tengo algunos sentimientos encontrados, entre ellos el abandono. "Pero es ni culpa por irle al Necaxa", lo digo constantemente, porque al final, ahí estaré otra vez viéndote donde no debo verte y apoyándote donde debo dejarte solo.

Por eso decidí escribirte, sin mostrar esto a nadie hasta tu regreso. Porque cada palabra la sacó desde algún sitio oscuro del alma, ahí donde se guardan los amores y las historias, esas que no son cobardes.

También hay una parte de fidelidad aquí, porque cuando salgas a la luz, en un año, dos o diez, seguramente todo habrá cambiado, yo seré más maduro (tal vez), el mundo descubrirá algo más o quizá haya iniciado una revolución; pero lo constante seguirás siendo tú pese al estado en coma.

Deseo con todo mi corazón que cuando estés de regreso, aquél maldito opresor esté lejos y espero que también esté dispuesto a afrontar las consecuencias de sus malos tratos, porque pese a todo, nosotros no obtuvimos grandeza con dinero ni televisión, sino con corazón, lucha y entrega.

Estoy seguro que así, como muchos se quedan dispuestos a quemarse en otro viaje al infierno, otros se irán y no volverán, por eso bien dicen que esto no es para cobardes.

Me guste o no, ya me inscribí al viaje con retorno sin fecha, pero prometido. Sin saber en donde pararemos y como un ciego enamorado me voy contigo, con la única seguridad que el sufrimiento será, como siempre, la única constante.

Por si regresas daré a conocer estás letras, porque entonces quiere decir que la espera ha valido la pena y que lograste despertar de ese estado de coma, esperando nunca más volverte a ver así.

Rayos, al grito de guerra...