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Opinión PR | “Elegir un equipo es elegir un destino”; felicidades maestro Villoro

Por Alex.
@AlexdeRayos

Era el día de la final de la temporada 1994-1995; regresaba a casa después de ir a comer con mis papás y decidí encender la televisión en busca de alguna caricatura. 


En el primer canal que apareció (quiero imaginar era el dos) se disputaba un partido de futbol entre los equipos Cruz Azul y Necaxa. Yo tenía, alrededor, de nueve o 10 años, edad en la que tu único problema es esconderte de tus padres a la hora de las calificaciones o fingir una enfermedad para evitar levantarte al colegio; el futbol, sin embargo, a mí me daba igual, no así a la gente que estaba mí alrededor.

Mi papá (QEPD) era un aficionado del Club Deportivo Guadalajara, igual que mi abuelo (su padre), pero en menor medida; la razón: juegan sólo mexicanos. Para infortunio de ellos, mi tío es americanista, por lo cual la enemistad deportiva comenzó desde mi familia.

En la escuela pasaba un fenómeno similar. Mis amigos ya tenían elegidos sus equipos, ya sea por la herencia familiar, por popularidad o porque en verdad gustaban de ese deporte; no entendía el fanatismo al futbol, pero parecía una obligación seguir los colores de algún conjunto.

Había jugado algunas veces, como también basquetbol o un extraño deporte, muy entretenido, llamado ‘Quemados’. Jamás sentí una empatía por el balompié, aunque sí, por platicar con todos los demás y entrar en un círculo que hasta ese momento yo no podía por no tener a ‘mi equipo definido’.
Aquel partido en el televisor fue brillante por los de rojo y blanco. Pasaron, como un tren, por encima de su rival, que era por mucho el favorito y el querido. Yo lo vi como una batalla bíblica, David contra Goliat estaba en un campo de juego; desde ahí mi forma de ver el futbol estaba ligada a las historias que me sabía. Y Necaxa había llamado mi atención.

Sin ser precisamente  un fanático, comencé a integrarme en mi círculo, pero, como toda buena elección, el mal aparece para crearte dudas si en verdad vale la pena seguir ese camino. Era la persona con más burlas y también el único que podía defenderse, porque, a diferencia de los demás, en mi caso no existía otro ‘Rayo hermano’.

Pero ahí estaba el Necaxa, probándome que la elección fue la correcta, ganando títulos y en lo más alto del futbol mexicano. Lógicamente mi pasión por el equipo (no el futbol) creció. Para mí, los Rayos eran como los antihéroes de una historia mágica; un protagonista en las sombras y con una historia más interesante que los principales personajes.

A medida que me hacía mayor, sin llegar a apasionarme, el futbol se hizo parte de mi vida, al grado de dedicarme a él (en México el periodista deportivo es casi forzosamente un periodista de futbol). No sé si fue el destino, la literatura o el Necaxa, pero en mi formación, conocí a Juan Villoro; curiosamente, fue hasta mucho después que supe que él tenía la misma afición que yo, no sólo con Necaxa sino con Barcelona.

Juan Villoro se convirtió en necaxista de una forma similar a la mía, al final, él quería ser parte de su ‘barrio’ (la calle ‘Necaxa’). A la vieja escuela y literalmente, él se arropó en los colores del equipo de su cuadra.

Dicha similitud hizo que buscará más sobre él. Mientras más sabía de su trabajo, también crecía mi identificación con él y sin (él) saberlo, comenzó a instruirme en el mundo del futbol con otros ojos. La literatura, que sí es mi gran pasión, la encontraba en el Necaxa, sus partidos y su historia. Gracias a Juan Villoro es que puedo decir que estoy completamente orgulloso de elegir al Necaxa, porque en efecto, “es para las minorías ilustres”.

Puede ser extraño, pero leo más a Juan Villoro en libros que no son de futbol, sobre todo en muchas de las colaboraciones que tiene en distintos medios de comunicación. Sin embargo alguna vez escribió una frase dentro de un texto en ‘El País’, “Elegir un equipo es elegir un destino (1)”, cuánta razón tenía, al final “si nuestra alegría dependiera del marcador, seríamos profesionales de la tristeza”.

Muchos encuentran a sus héroes en la cancha; yo lo encontré un día cualquiera. En una librería; pregunté si ‘Hay Vida En La Tierra’, y me respondió que “Dios es Redondo, pero casi nunca le va al Necaxa”.

“El necaxista exagera la identidad. Nuestro sentido de pertenencia no depende de la tradición ni del arraigo, sino de ignorar la norma. No le han faltado glorias a una escuadra que en los años treinta jugaba con un entendimiento casi sanguíneo y recibía el mote de Los Once Hermanos, pero tuvieron que pasar sesenta años y muchas peripecias (casi todas tristes) para llegar a la siguiente racha ganadora: en los noventa, los rojiblancos se convirtieron en El Equipo de la Década. La presa de Necaxa produce luz. La gran metáfora de Moby Dick es que las ballenas no se cazan por la emoción de combatir a un mamífero gigante sino para hacer velas con su esperma: en alta mar se dirime la conquista de la luz”.

Feliz Cumpleaños, Maestro Villoro.

(1)    La Costumbre de Resucitar, El País, Juan Villoro, 28 mayo 2016





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9 Comentarios

  1. Marcos Reyes,
    Yo creo que nuestra generación nos ha pasado igual, a todos nos cautivo ese Necaxa de los 90,
    Yo empeze a verlos igual a los 9 o 10 años, pero aca en Nuevo Leon, empeze a irle al Necaxa en el 98, a pezar de que aca solo hay dos equipos a los cuales elegir(Tigres y Rayados).
    En fin siempre seremos los inadaptados =)

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    1. Me temo que siempre será así y eso es lo lindo de esto. ¡Saludos!

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  2. Es curioso como todos los necaxistas compartimos una historia muy similar por no decir igual, somos los lobos solitarios, los que apoyan al debil y que al hacerlo se hace fuerte y nos fortalece a nosotros.

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    1. Aunque tal vez sea mi persepción, pero creo que hoy en día ya somos mas necaxistas

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    2. Tienes razón, aunque suene increíble y dentro de lo 'bueno' que fue vivir en ascenso, creo que muchos se hicieron más necaxistas y otros tantos comenzaron a verlo. Basta ver que en esta temporada han sido muy buenas entradas. Obviamente los equipos con más popularidad en el país tendrán su mayoría donde sea, pero, poco a poco se ha ido igualando la situación en el Estadio Victoria.

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  3. Gy-gas el de Texas23 septiembre, 2016 18:13

    Yo nunca he estado tan de acuerdo con la frase de Villoro "no hay que preocuparse demasiado de que las grandes masas sigan a NECAXA, ya que es solo para las minorías ilustradas" porque? Pues porque el fútbol es negocio, les guste o no!!

    El objetivo de un equipo de fútbol de primera división es llenar estadios, y si la 'mínima de oro' no da dolarito$$, simplemente el negocio no funciona y hasta podría desaparecer la franquicia, como ha estado a punto anteriormente.

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    1. Nunca he escuchado, ni leído que esa cita que pones la haya dicho o escrito. "El Necaxa, como la literatura, para las minorías ilustradas", esa sí la he visto y no tiene nada que ver con lo que expones: la rama podrida del capitalismo en los deportes, en este caso el futbol.

      El objetivo de un equipo de futbol de primera división no es uno, son muchos. Es una empresa, cierto, pero Juan Villoro en lo que escribe, al menos, en lo que criticas no es eso. Su frase tiene que ver a la pureza misma de lo que es Necaxa en el contexto llamado fútbol mexicano; es a su mística, como también lo tienen los demás equipos tanto de primera como del ascenso y si me apuras, muchos de los, ahora desaparecidos.

      Parafraseando a Olallo Rubio en su doucumental 'Ilusión Nacional' (si no lo has visto te lo recomiendo), con la llegada de los medios y todo el impacto del capital, el futbol perderá de a poco su esencia. Justamente como lo que dices en tu último párrafo.

      ¡Saludos!

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  4. Así es Alex, situación similar me paso a mi, de la final Cruz Azul Necaxa nació mi pasión por este club, del que me siento total y completamente orgulloso, para mi, en mi humilde opinión no hay un equipo mejor que Necaxa y no puedo dividir mi pasión en dos o más equipos, porque pienso que dicha afición no es posible coexistir, respeto a los que dicen tener mas de un equipo como parte de su afición al fútbol, pero como dice la canción, como Necaxa no hay dos!!!! Saludos.

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    1. Me da gusto que en el fondo, muchos compartamos esta afición; y, aunque tarde, poco a poco conozco muchos necaxistas que entienden muy bien mi sentir.

      Saludos.

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