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La mejor versión de Edson Puch

Tras años de irregularidad, el iquiqueño por fin pudo demostrar en México todas sus capacidades.

Desde sus grandes campañas con Municipal Iquique (ahora Deportes Iquique), Edson Puch se convirtió en uno de esos jugadores de los que se sabían las condiciones que poseía, pero que no conseguía demostrarlas con regularidad en ninguno de los equipos en que estuvo después de los Dragones Celestes. Sin embargo, esa constante parece haber llegado a su fin en 2016.

Su campaña en Necaxa fue brillante. En seis meses encandiló a todos. De hecho, una vez terminado el año futbolístico, el chileno tuvo la posibilidad de partir al América. Las Águilas querían esperar el término del Mundial de Clubes, donde hoy disputaban en la madrugada el tercer lugar ante el Atlético Nacional de Medellín, para hacerle una oferta millonaria.

Pero Ernesto Tinajero, dueño del Necaxa, apagó toda luz de esperanza para el ex equipo de Zamorano y también para Pablo Guede, que lo seguía para reforzar la delantera alba pensando en la Copa Libertadores y los torneos nacionales del próximo año.

“Se dice que a Puch le saldrán alas en enero, pero yo no se las veo. Si hay, habrá que cortárselas. Tiene contrato por tres años (…) no se va, se queda”, afirmó el mandamás, cerrando cualquiero opción de venta. Al menos por ahora.

Pero más allá de cualquier oferta que llegue, lo concreto es que lo del iquiqueño en los Rayos fue rutilante. Su rendimiento lo llevó a convertirse en carta para equipos grandes del contiente. Ya durante la primera parte del año mostró sus credenciales. De la mano de Claudio Borghi aterrizó en la Liga Deportiva Universitaria de Quito, donde más allá del irregular paso del conjunto ecuatoriano, se erigió en protagonista. Aquello le permitió llegar a la Selección, donde Pizzi le tenía reservado un lugar en la Copa Centenario.

Claro que su futuro comenzó a cambiar antes del inicio del certamen. El amistoso que disputó días antes con la Roja en San Diego, frente a México, fue clave para llegar al Necaxa, que decidió firmarlo de inmediato, antes de que otros pudieran poner sus ojos en él.

Desde su debut frente al Cruz Azul (el único partido en que no fue titular), el ex Universidad de Chile sólo sumó buenas actuaciones, que lo convirtieron en la figura del plantel rojiblanco que llegó a las semifinales del torneo azteca, antes de caer con el América.

De la mano del iquiqueño, y junto a la colonia chilena instalada en los Rayos, donde destacan Manuel Iturra, Felipe Gallegos y Marcos González, Necaxa lució poderoso y protagonista, como no ocurría hacía muchas temporadas en el balompié azteca.

Puch se despidió con lágrimas de su primer semestre en México, período en el que sumó 9 goles (máximo anotador de su equipo) y 3 asistencias en 17 encuentros en la liga Bancomer, con casi 1.400 minutos disputados.

A las estadísticas anteriores, hay que agregarle un 80,7 % de pases completados (456) y 160 balones recuperados. Todo ello, en 815 toques de balón saldados con 53 faltas recibidas y otras tantas cometidas.

Pero desgraciadamente, todo este presente en México no pudo demostrarlo en las Eliminatorias, siendo la Selección todavía una asignatura pendiente, tomando en cuenta su rendimiento a nivel de clubes durante 2016. De los seis partidos oficiales que disputó la Roja desde septiembre, Puch sólo jugó en dos de ellos (Paraguay y Perú), sumando 57 minutos viniendo en ambos desde la banca.

Frente a Bolivia no jugó por decisión técnica, mientras que contra Ecuador, Colombia y Uruguay no estuvo por lesión. A Guayaquil noviajó por complicaciones en la espalda y en la última doble fecha de Eliminatorias no pudo entrar a la cancha por una tendinitis rotuliana, aunque fue parte de los entrenamientos hasta ser liberado antes del duelo frente a los charrúas.
Fuente: La Tercera (Chile)

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