EL BALON POR EL SEMINARIO...

El delantero necaxista Sandro Sotilli cree que ahora su misión es ser feliz metiendo goles con los Hidrorayos

Por OLGA TRUJILLO

AGUASCALIENTES (Récord) -- Prefirió ser futbolista que sacerdote. Durante tres años Sandro Sotilli, delantero del Necaxa, asistió a un seminario en su país natal, Brasil, y a la edad de 18 parecía casi un hecho que su destino era predicar misas con biblia en mano. Pero no, su vocación fue perseguir un sueño ligado a una pasión: jugar futbol.

"Cuando tenía 15 entré a estudiar para padre. Estuve tres años en el seminario. Fue una formación muy importante para mí por el lado personal y humano pues me ayudó mucho a convivir con las personas. Cuando acabé la secundaria iba a empezar a hacer los primeros votos pero fue cuando hablé con mis papás acerca de mi sueño y les dije que quería buscarlo. Ellos me apoyaron y así fue como hice mi primer intento en un equipo de futbol y me aprobaron".

Aunque de manera informal, el seminario fue su primer escuela de futbol. "Ahí jugaba con mis compañeros, pero yo siempre había tenido el sueño de ser profesional. Por eso estoy muy feliz, porque he perseguido todo esto y creo que el futbol me ha proporcionado mucho, hasta una familia, por eso estoy contento".

El ariete brasileño de los Rayos reconoció que las vivencias dentro de ese recinto formaron a la persona que es hoy. "Esos tres años que viví en el seminario fueron muy bonitos porque hoy percibo muchas cosas que aprendí allá y que me sirven mucho. Creo que cada uno tiene que buscar su destino y ser feliz creo que hay varias maneras de serlo, no solo siendo futbolista sino teniendo cualquier profesión. Pero todos tienen que buscar la felicidad, yo la encontré y me gusta mucho lo que hago".

La mirada y la voz de Sandro expresan su lado espiritual y a pesar de haber pasado por situaciones insatisfactorias, él sabe que siempre existe el lado bueno. "El futbol es toda mi vida. Perdí algunos torneos en Brasil que me costaron mucho, en tres ocasiones quedamos subcampeones y fue lo mismo en China, luchamos tanto que fue muy triste porque por detalles no se pudo; pero eso quedó atrás, son cosas de la vida. Después pude lograr ser campeón. De todo hay que sacar las cosas buenas para poder crecer, los goles, los títulos, la alegría de día a día en el trabajo".

Para Sandro ésta etapa de su vida le llena de una satisfacción incomparable. "Cada momento tiene una satisfacción distinta creo que el venir a México tiene un significado al igual que cuando estuve en China y Arabia. Pero estoy muy a gusto en México, en Aguascalientes principalmente, porque mi familia está muy feliz y cómoda y eso me importa mucho".

"Tengo una hija mexicana de ocho meses. Muchas veces llego cansado del entrenamiento pero cuando la veo renueva mi fuerza y energía"

"Lo más importante es estar bien viviendo contento donde sea y yo así lo hago"

"Estoy conociendo nuevas personas y amigos. Me he acostumbrado a la manera de ser de los mexicanos porque son muy parecidos a los brasileños: amigables, divertidos y simpáticos, me gusta mucho hacer amistades porque ellos muestran mucho sus sentimientos"

"Estoy muy feliz porque me siento en casa. Eso sí, no soy muy fan del los chiles"