Desde Afuera | Luna y Antonio-nex

Por Luna

La última vez que el Necaxa ganó la liga fue en 1998.

Decidió que como era un hombre, y no un hombre cualquiera sino un payaso insufrible, nunca sería su amiga. Lo malo de los hombres no es que sean generalmente desordenados o que no quieran ver películas románticas. Lo malo de los hombres es que siempre están hablando de futbol.

El primer día que le hablo del Necaxa mientras comían le pareció una chica igual a cualquiera, intentando parecer interesada con el tema solo para agradar. Finalmente el futbol no se aprende, se siente. Y para ser necaxista además se necesita valor.

Aún así veían juntos a los partidos. El maldiciendo al televisor, intentando hacerla de director técnico sin detenerse a pensar que los jugadores no le oían; gritando tanto que ella llego a sospechar que seguro le escuchaban en Aguascalientes.

Él se perdía algunos partido de la temporada, porque estaba trabajando. Pero la convenció para que los viera y le contara todos los detalles. Perdimos porque el delantero no anotaría un gol ni aunque su vida dependiera de ello y, además, la línea de defensa del otro equipo es muy efectiva. ¿Dónde has aprendido todo eso?. Observando, pero sigo pensando que el futbol es una pérdida de tiempo.

Al final, a pesar de haber decido firmemente que no, resultó que si era su amiga.

En los años 1935-1936 Necaxa recibe el sobrenombre de “Campeonisimo” después de haber conquistado los títulos de: Campeón de Campeones, Campeón del D.F, Campeón de Liga, Campeones nacionales y Campeones Centroamericanos.

Era Necaxista desde que había tenido edad para decidir, porque toda su familia eran aficionados del Guadalajara. De pequeño oía a un vecino del mercado hablar de las grandes glorias del Necaxa y se empezó a interesar, a ver los partidos, a vivirlos. Hasta que se convirtió en el Necaxista que ahora era, y era un necaxista de corazón.

Al principio ella pensaba que era algo normal, partidos los fines de semana, camisa del Necaxa para la ocasión, pero con el paso del tiempo y mientras el entraba mas en su vida, se dio cuenta que iba mas allá. Que era más que la camiseta para presumir los domingos con sus amigos, sobre todo por que en ese momento el Necaxa no estaba para presumir, el equipo iba de mal en peor y se llegaba a hablar incluso del descenso. Pero a él no le importaba, cada que le preguntaban a que equipo “le iba” respondía que al Necaxa y presumía su playera y su llavero, o cualquier cosa que pudiera tener a la mano para demostrarlo. En contra de todos los pronósticos ella empezó a admirar su devoción; y se dio cuenta que estaba muy enamorada de él cuando empezó a defender al Necaxa de las burlas de todos los demás. Finalmente, así como había aceptado sus calcetines rotos y su absoluta falta de retención, tendría que aceptar también que en el corazón de el, hubiese un lugar reservado para el equipo de sus amores.

Finalmente, en el Torneo Clausura 2009 y tras las malas temporadas llegó a la última fecha compitiendo con Tigres en la lucha por no descender; sólo necesitaba ganar y que perdiera o empatara Tigres para salvarse, pero perdió con el América, mientras que Tigres empató con Morelia.

Estaba muy preocupado, el Necaxa estaba en los últimos lugares de la tabla del descenso y los jugadores parecían no darse cuenta. La mayoría de ellos no sentían amor por la camiseta y estaban ahí por puro trámite, eran jugadores del America o del San Luis que no sabían lo que era ser un verdadero Rayo del Necaxa. Solo había unos cuantos que se pusieron la camiseta, entre ellos Quatrochi y el Gato Ortiz. Él confiaba en su equipo y sabia, que pasara lo que pasara siempre estaría ahí, Gritando, apoyando, esperando lo mejor.

Los últimos días en primera división fueron muy difíciles, él estaba con los nervios de punta y cualquier comentario lo ponía peor. Ella lo había entendido y lo apoyaba lo más que podía. Preparo todo para ver el partido decisivo juntos. Lo escucho hablar de todos los posibles resultados y descubrió que esa era una de las razones por las que lo amaba. Esa noche lo abrazo mientras lloraba, y lloro un poquito también. Después de las maldiciones de rigor, lo que mas la sorprendió fue que él en ningún momento renegó de su equipo, no lo hizo cuando las burlas comenzaron, si no todo lo contrario, siempre que lo molestaban solo decía: “vamos a regresar a primera” y a ella le parecía que no podía ser diferente. Que bastaba su solo deseo (y el de muchos necaxistas mas) para que se hiciera realidad. Entendió que de eso se trata ser Necaxista, que eso es lo que las chivas necesitan y los pumas no tienen, esa afición con una fe a prueba de balas, que perdona pero no olvida, que en contra de todos los pronósticos esta ahí esperando lo mejor, que tiene pantalones para no dejarse vencer, que son hombres y mujeres de verdad.

En una noche de goles y espectáculo, los Rayos del Necaxa se metieron al Estadio Sergio León Chávez de Irapuato el 12 de diciembre del 2009 y se llevaron el título de campeones del Torneo Apertura 2009 en la Liga de Ascenso, al empatar 3-3, y vencer en el global 4-3, con los Freseros de Irapuato, que dieron todo en la cancha.

La reivindicación llegaba pronto, después del dolor del descenso el equipo había tenido un segundo aire, El Jefe Quatrochi se había quedado y había logrado que el resto del equipo sintiera como él la camiseta. Los jugadores tenían hambre de triunfo y por primera vez en mucho tiempo Los necaxistas estaban dentro y fuera de la cancha. Con el nuevo animo llegaron también las victorias, él no se perdió un partido y supo desde el primer momento que el regreso estaba cerca, que dentro de poco el Necaxa volvería a ser ante los ojos de los demás un equipo de primera, aunque para el siempre lo había sido.

Los partidos regresaron y para ella regreso la emoción de verlo contento con un partido, esa emoción que no se puede explicar, la confianza. Ella sabia que lo mejor estaba por venir y esperaba ansiosa el momento del regreso, por que aunque nunca se lo hubiera dicho en voz alta, ella era ya también una Necaxista.