Un empate del Necaxa ante el Atlante lo llevaría al infierno de la Liga de Ascenso
Ya no hay orgullo de por medio, ni rencillas como cuando este partido era un clásico, pero sí mucho morbo para el Atlante-Necaxa de este sábado. El Rayo puede apagarse de forma definitiva para terminar en la Liga de Ascenso matemática y dolorosamente.
Si esta época fuera la década de los 20, este duelo sin duda acapararía los reflectores por la popularidad que alguna vez alcanzaron ambas escuadras en el Distrito Federal. Sin embargo, poco a poco la afición por ambos equipos decayó hasta obligarlos a irse rumbo al exilio en Cancún y Aguascalientes, respectivamente.
Hoy, la jornada 15 del Clausura 2011 regresa el sabor al enfrentamiento de dos de los equipos más tradicionales de nuestro país. Que los Potros derroten —o siquiera empaten— con los otrora Electricistas sería el golpe mortal que necesitan los Rayos para perder la categoría y volver a entristecer la leyenda de su nombre, que alguna vez alcanzó gloria en los primeros años de existencia del futbol mexicano. Un tropezón separa a los rojiblancos del infierno del descenso.
No obstante, aún hay una vela prendida en el seno necaxista, que apela a los dioses de las estadísticas para alcanzar el milagro de la salvación. Los rojiblancos han salido con el botín completo del Andrés Quintana Roo en sus dos visitas previas. Un “rayito” de esperanza entra todavía por la ventana de su afición que no para de rezar, tampoco de sufrir.
Pero hoy, los Potros de Hierro son el equipo que indica su legendaria historia. Con 95 años a cuestas, los azulgrana van con su galope hacia la Liguilla. Una victoria los acerca a ese objetivo, porque saben que ahí serán un rival peligroso, que generará temor.
Y así, esos azulgrana pueden acabar con los Rayos, a los que les queda muy poco del orgullo que defendían cuando su archirrival capitalino era precisamente el Atlante.
Fuente: El Universal
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