Las 5 de Borre | Necaxa vs Estudiantes

Por Borrego.

1. Desesperación

Desesperación no es ver a Suárez inventándose penales cada que toca el balón. Desesperación no es ‘cambiar un cambio’. Desesperación no es recibir burlas y comentarios sarcásticos después del partido. Desesperación no es que Tecos nos empate en el último minuto. Desesperación no es aguantar uno, dos o diez años en la liga de ascenso. Desesperación no es que el jugador se le ponga al ‘tú por tú’ al entrenador y desesperación no es que este le conteste. Desesperación no es un empate que no sabe a una derrota, sabe a mierda. Desesperación no es la malaria que no se desprendió Suárez ni la libertad que el Quatrocchi creyó tener. Desesperación no es el abucheo a Estudiantes que más tarde se volcó a Necaxa. Desesperación no es el cambio de equipo. Desesperación es que siempre nos pase lo mismo.

2. Reír o llorar.

Francamente no sé si cómo buen mexicano, deba comenzar a reírme de la miseria en la que está sumido Necaxa. Realmente, creo que los únicos miserables, somos tú y yo: Los aficionados. Nosotros le ponemos orgullosos el pecho a cada gol que los jugadores reciben cómo si fueran balas. Sabemos que dolerá y que correrá sangre, pero lo ponemos, porque sabemos levantarnos. No sé si reír porque es bastante gracioso lo que nos sucede, tenemos el triunfo en las manos y estúpidamente lo convertimos en agua: Sale un defensa y entra un delantero.

El resultado seguramente es el coraje transformado en risa del ‘Gringo’ Castro ante la estúpida expulsión de Dario Gandin.

3. Que me tachen de mal necaxista…

…pero francamente, no aguanto más. Espero de todo corazón que el próximo fin de semana, Necaxa pierda frente al odiado rival: Atlante. O en su defecto y con menor dramatismo, que los gallos levanten un triunfo que pongan fin a esta miserable agonía. Estoy cansado de cada 8 días escribir con el mismo resentimiento, coraje, furia y miseria, deprimente miseria. Estoy cansado de ver cada 8 días a estos jugadores que en lugar de romperse el alma, se rompen entre ellos. Estoy harto de sufrir por unos jugadores que mañana cobran y nunca se acuerdan de nosotros. Y les ruego que no mal entiendan mis palabras: Aún tengo puesta mi playera de Necaxa, pero está ya tiene el parche de la liga de Ascenso.

4. La ley de Murphy

‘Si algo puede salir mal, saldrá mal'

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Necaxa es el mejor ejemplo explicito de la ley de Murphy. Cuando parece que todo saldrá bien, cae un gol en contra y en mi mente comienzan a pasar los peores escenarios, los minutos corren y cada vez se ve más difícil que el empate aparezca: Conejo salió en otra tarde memorable. De pronto, parece que Necaxa podrá meter el tercero, pero Suárez finge un penal y se ve coloreado de amarillo. Más tarde llega el último minuto, ese que también tiene 60 segundos y mi rostro nervioso comienza a iluminarse de felicidad angustiosa cuando un remate de cabeza y un vuelo inservible se postran sobre la cancha del Estadio Victoria: Podía salir mal y así sucedió.

5. Estimado Pablo:

Me es muy grato poder saludarte. El motivo de mi pequeña carta no es otro más que agradecerte el esfuerzo y la calidad que pones día a día en tu trabajo, pero sobre todo felicitarte por la brillante carrera que has tenido. Escribo esto sabiendo que el destinatario es el último gran ídolo del necaxismo, por la entrega, calidad y cariño con la que portaste la camiseta rojiblanca. Podría explayarme y platicarte todos los grandes momentos que pasaste en Necaxa, pero creo que conoces los detalles mejor que yo, me duele que te despidas de nosotros luchando un descenso y no en otras circunstancias, sin embargo, quiero desearte la mejor de las suertes en tu vida y éxito en tu camino.

Un saludo,
Borrego.