Opinión PR | Necaxa: Veinte años después

Por Gerardo Taker.

@GerardoTaker

Dicen que recordar es volver a vivir, aunque dicen también, que nunca hay que vivir del recuerdo. De igual forma y haciendo referencia a las novelas de Los Tres Mosqueteros escritas por Alejandro Dumas -la primera se titula ‘Los Tres Mosqueteros’ y la segunda, ‘Veinte años después’- hay un dicho que dice que “No son lo mismo Los Tres Mosqueteros que veinte años después”.

No obstante, me parece que sería imperdonable dejar pasar así como así la que es, por sí sola, una fecha histórica en la historia de nuestro querido Club Deportivo Necaxa: el 4 de junio de 1995.

La realidad entre el actual Necaxa y aquel que se coronara ante Cruz Azul es muy diferente y está a la vista de todos. Por un lado, vivimos años difíciles en la división de ascenso y hace apenas un par de semanas recibimos un golpe muy duro que sin embargo no merma ni nuestro necaxismo, ni lo que sentimos por el equipo. Por otro, hablamos de un Necaxa que maravillaba a aquel que lo veía jugar, uno que era protagonista y temido por muchos en el fútbol mexicano.

Veinte años han transcurrido desde aquella tarde de domingo en la que un Estadio Azteca pletórico vio coronarse, como campeón de liga por primera vez en la era profesional, al que terminaría convirtiéndose en un equipo de época. Aquel 4 de junio de la mano de Manuel Lapuente y de jugadores como Nicolás Navarro, Octavio Becerril, Eduardo Vilches, Gerardo Esquivel, Alex Aguinaga, Ivo Basay y Alberto García Aspe, Necaxa consiguió redondear lo que habían sido buenas campañas en años anteriores y un campeonato de copa que se había en marzo de ese mismo año.

Inolvidables resultarán para aquellos que tuvimos la fortuna de vivirlas aquellas anotaciones conseguidas por Aguinaga y Basay. La primera de ellas cerca de que se cumpliera la primera media hora de juego y en la que se combinaron Alberto García Aspe, Ivo Basay, Ricardo Peláez y Alex Aguinaga para hacer una jugada impresionante que culminó con una gran definición del histórico ‘7’ rojiblanco.

El recorte de Ivo en la banda, el servicio del ‘Beto’ a Peláez, la manera en la que éste dejó el esférico para Aguinaga y la calma y clase con la que él se deshizo de un par de defensores y del cancerbero argentino Norberto Scoponi para dar un servicio a las redes difícilmente podrían ser borrados de la mente de los aficionados necaxistas.

De igual forma, la anotación que sentenció el partido a falta de siete minutos por jugar, concretada por Ivo Basay permanece fresca en la memoria. El ver aquel servicio de García Aspe para el chileno y la forma en que éste se generó el espacio para disparar pegado al poste, amén de la celebración con la banca hacen que sea complicado evitar que se enchine la piel al recordarlo por lo que significaba para el equipo, era un título conseguido con toda justicia gracias a un fútbol que enamoraba.

Veinte años han pasado desde entonces y hoy las cosas son muy diferentes. Es cierto que seguimos siendo un equipo protagonista, aunque lamentablemente ahora lo somos en la división de ascenso -Segunda División, a final de cuentas-, sitio en el que estamos estado los cuatro años más recientes sin haber podido conseguir regresar al máximo circuito. Las cosas han cambiado tanto que nos olvidamos de disputar torneos internacionales y ya nisiquiera jugamos en el mismo estadio haciéndolo ahora a más de 500 kilómetros de distancia.

Necaxa dejó poco a poco el protagonismo conseguido por ese ‘Equipo de la Década’ y que culminara con la maravillosa participación en el que fuera el primer Campeonato Mundial de Clubes organizado por FIFA. La mudanza, un par de descensos y la pérdida del brillo nos tienen hoy viviendo una realidad complicada y añorando aquellos buenos tiempos en los que no nos cansábamos de levantar trofeos y de dar vueltas olímpicas.

Han pasado veinte años y dicen que la vida es de ciclos. Hoy estamos abajo, esperando para retomar el protagonismo mientras recordamos un título conseguido hace ya un par de décadas. La camiseta sigue bien puesta y así como estuvimos en las buenas, estamos en las malas con la seguridad -o esperanza, dependiendo el caso- de que volveremos a estar en la cima. Son veinte años de un partido histórico, hoy recordemos y volvamos a disfrutar de ello. Al cabo en el corazón, cada torneo Necaxa sale campeón.