Entrevista a Alex Aguinaga

Hablar de Alex Aguinaga no sólo se trata de involucrar a uno de los mejores extranjeros que han llegado al Futbol Mexicano, también es hablar de uno de los máximos referentes de los Rayos del Necaxa.

El ecuatoriano se supo ganar el corazón de la afición mexicana y de inmediato se metió entre las páginas doradas del Club Necaxa, logrando tres títulos y formando parte del denominado “Equipo de la Década” en los años 90.

En la Revista Digital del ASCENSO Bancomer MX hablamos con el ídolo sudamericano y platicamos sobre su paso por los Rayos

¿Qué significado tiene para ti el haber jugado en el Club Necaxa?

“Para mí fue una época espectacular, había llegado a un equipo donde prácticamente los jugadores iban a terminar su carrera; a los jugadores del América que no los querían los podían mover a un equipo como Necaxa. Éramos el hermano menor, se le nombró siempre así al equipo; sin embargo hubo un tiempo en el que nos comprometimos, el equipo se unió, buscamos los mejores resultados y al final fuimos considerados el equipo de la década de los 90, un equipo que lo ganó todo y que generó una afición fiel y después se formó una gran historia”.

¿Qué representa esta institución en tu vida?

“Para mí fue la época más linda de mi vida, poder jugar 14 años en el equipo, ser el capitán, un líder, un símbolo, los colores los tengo muy pegaditos al pecho, en el corazón, porque realmente Necaxa fue una parte importantísima de mi vida y seguirá siendo por el resto de mi época y para mi familia igual”.

¿En su momento que fue lo que ocasionó el descenso del club?

“Se hicieron algunos ajustes cuando el equipo va para Aguascalientes, la afición lo recibe con mucho cariño, incluso ahora van identificándose cada vez más con el equipo, pero se llega a un club con menos presupuesto, se empezó a hablar del punto de equilibro en la parte económica para el Necaxa y se empiezan a dar situaciones en las que el equipo empieza a bajar en todos las aspectos”.

“La gente lógicamente quería ver a un Necaxa con figuras, pero empieza a ver un Necaxa con muchos retazos, con falencias, y viene el bajón. No es que descienden por un mal año, sino por una serie de años de no andar bien. Ahora Necaxa está tratando de recuperar esa grandeza, hay nuevos dueños con nuevas expectativas y estamos a la espera de que el equipo logre quedarse en la Máxima Categoría”.

¿Cómo describirías a la afición necaxista?

“En realidad no son pocos los hinchas del Necaxa, lo que están es dolidos, lo que están es tristes, molestos, porque el equipo de haber llegado a ser uno de los equipos más fuertes de México pasó a ser un equipo descolorido, que no por el hecho de llevarlo a Aguascalientes por una situación benéfica, quiere decir que haya sido una decisión equivocada”.

“Era una afición muy cariñosa que siempre estuvo respaldándome, incluso cuando se dio el tema del cambio a Cruz Azul, a pesar de la manera en que se vendió la noticia, de que muchos me abuchearon, obviamente eran los que no conocían mi pasado. A la afición de Necaxa la quiero y la respeto mucho, no se puede borrar lo que hice con Necaxa y el cariño que le tengo a la afición y a los colores”.

¿Cuál es el encanto de este equipo?

“El Necaxa es un equipo lindo, que juega bien al futbol, que se entrega, que tiene un compromiso. Los niños de esa época (años 90) se identificaron porque era un equipo que jugaba bien, era protagonista, con buenos jugadores y que siempre buscaba dar espectáculo, eso es lo que hizo que le gente se encariñara con el club y después llegaron los títulos, que te fortalecen y te arraigan como un equipo”.

¿Cuál era la filosofía de aquel Necaxa ganador?

“Era un compromiso, una entrega, una unión, una fidelidad, lo que se vio en el Necaxa de esa época”.

¿Qué te ayudó a consolidarte como un indiscutible ídolo de la afición?

“La entrega absoluta, siempre estuve dispuesto a dejar todo en la cancha. Hoy soy entrenador y a mis jugadores siempre les pido la máxima actitud, que salgas de la cancha y que no le debas nada a nadie, eso siempre lo hice en cada entrenamiento, en cada partido; entonces cuando sales vas con la cabeza en alto y la gente te reconoce lo que haces, lo que das para su equipo”.

¿Cuál es el momento que más recuerdas de tu paso por Necaxa?

“Me acuerdo de todos; el momento en el que llego y piso la Ciudad de México, en ese entonces se hablaba de que llegaba al América o al Necaxa, porque había un tema con varios equipos que me querían, inclusive el Milán de Italia, pero yo tenía mi palabra de que venía a México”.

“Cuando me reciben estaba el Profesor Pérez, que en paz descanse; el licenciado Jorge Romo; que también en paz descanse, iba con mi esposa que estaba embarazada, me ponen un pin del Necaxa en el suéter y me dicen -“Bienvenido al Necaxa”-. Les dije -“espero quedarme mucho tiempo”-, tenía un contrato por dos años, me quedé 14, esa fue la parte más linda que siempre recuerdo. Cuando vamos camino al hotel voy viendo la Ciudad de México, era una emoción grande, tenía 21 años cumplidos, era muy jovencito, pero tenía en mi cabeza el deseo de triunfar”.

¿Qué cambió en tu generación para regresar el brillo a la institución?

“Primero contagiarnos de lo positivo, el equipo estaba contagiado de lo negativo, porque venían jugadores del América, grandes jugadores, pero que los habían desechado; venían bajoneados, con el autoestima por los suelos, y de repente todos empezamos a pensar que podíamos hacer algo, disputar algo arriba, demostrarle al América que nosotros podíamos ser mejores que ellos, que queríamos que nos trataran como los trataban a ellos. Eso empieza a generar una inercia positiva, allí empieza la historia del Necaxa con buenas actuaciones, queríamos ganarle al América a como diera lugar y después ganarle a todos los equipos, ser mejores que todos”.

“La unión fue una parte fundamental, el compromiso con el compañero, dar todo por el equipo, nosotros llegamos a tener un grado de madurez tan importante que cualquier jugador que no estuviera aportando algo, lo encarábamos nosotros mismos y lo sacábamos o lo metíamos al equipo, era decisión del jugador que no andaba bien, nosotros mismos nos encargábamos de que se conectara, que se comprometiera con el equipo, eso lo sentía el jugador que venía, ese compromiso y el cariño por los colores”.

¿Cuál es la fortaleza histórica del Club Necaxa?

“Empezó con los 11 hermanos, con el campeonísimo de hace muchísimos años (1932-1933), después se perdió la identidad y se transformó en Atlético Español, después volvió a ser Necaxa. Los jugadores siempre serán la fortaleza más grande de una institución, pero jugadores comprometidos, y lo que el equipo fue haciendo poquito a poco, sosteniendo un proceso con técnicos, con jugadores, es lo que le dio la identidad, y que lógicamente con los torneos largos en los que quedamos campeones fuimos fortaleciendo. Los Torneos cortos son lo que quizá ha bajado un poco ese ritmo de crecimiento, porque ahora todo son resultados inmediatos y vemos como los equipos que han mantenido procesos más largos son los que realmente están arriba”.

¿Qué debe hacer la institución para para recuperar su lugar en la historia?

“Que el jugador se comprometa, que dé el máximo esfuerzo, que no lo vea nada más como una profesión, que lo vea con cariño, con compromiso, cuando un jugador deja todo en la cancha se vuelve un ídolo y la gente lo reconoce”.

¿Cuál es el mensaje que le darías a la afición necaxista?

“Que apoyen, que estén siempre pendientes del equipo, que se entreguen a los colores; sé que es difícil, porque las alegrías y los éxitos te ayudan a estar más comprometido con el equipo, pero un hincha debe estar en las buenas y en las malas, debe de estar apoyando siempre, tener las mejores vibras y ser positivo siempre. Y tener la fe, porque yo también soy hincha del equipo, me convertí en un aficionado más del Necaxa y siempre espero que la vaya bien, uno siempre debe estar apoyando”.

¿Cómo pasaste la etapa de representar a tu selección y seguir comprometido con Necaxa?

“Para mí fue una etapa linda, a veces viajaba con la selección, regresaba y a los dos días ya estaba jugando con el equipo, no era fácil, pero mi compromiso era ese, mi alegría era estar en la cancha, compartir con mis compañeros. No lo hice yo solo, lo hicimos todos, el homenaje es para esos jugadores que se entregaron y que hoy trabajan con otros equipos, son directores técnicos, pero siempre van a llevar al Necaxa en el corazón porque esto es así, por eso se hicieron cosas grandes”.

Fuente: Revista Ascenso MX