Por Antonio Rosique
Mediotiempo.com
Mientras los Indios de Juárez descansan sobre una tumbona a la orilla de la alberca bebiendo margaritas a ritmo de reggaeton, trato de imaginarme la semanita infernal que están viviendo Tigres y Necaxa. Para esos futbolistas debe ser la peor de sus carreras; deben sentir el miedo en la piel; seguro paladean angustia, y apuesto que por sus mentes se asoman fantasmas y tragedias.
Porque, no lo dudes, en la mente de un futbolista hay pesadillas colectivas recurrentes, escenarios que les crispan los nervios y les despiertan con sobresalto, sudando, a media noche: fallar un penalty, con la salvación de por medio, en el último minuto... ¿Será esa la pesadilla que inquieta en noches como éstas a Alfredo Moreno, Federico Insúa y a Lucas Lobos?
Errar un remate sin portero en el área chica…¿Imaginarán esto el “Kikín” Fonseca, Ariel Bogado o Carlos Pavón? Llegar tarde en una barrida y cometer un penalty; ¿Le pasara esto por la cabeza a Pablo Quatrocci y a Pedro Benítez? Una mala salida de un arquero o un tiro fácil que de repente da un bote desafortunado y la pelota se le cuela al portero…¿Atormentará esto a Enrique Palos o a Iván Vázquez? Una expulsión tonta que cambia el rumbo del partido…¿Será esta una idea amenazante para Mario Pérez, Ricardo Rojas y Antonio Sancho?
Bien dice Jorge Valdano que esta clase de partidos comienzan a jugarse en la imaginación del futbolista muchos antes de que se de el silbatazo inicial. Los porteros sueñan con grandes atajadas y vuelos descomunales; los delanteros ensayan en su mente goles históricos y remates imposibles; los defensas desentrañan una y otra vez los trucos de sus rivales; mientras que los medios visualizan tiros libres, pelotas que caen con comba endemoniada y se meten por el ángulo.
¿Qué pasará por la mente de los árbitros quienes con un silbatazo pueden definir la permanencia de un equipo en la Primera División? ¿Con qué demonios soñaran? ¿Acaso se ilusionan con dar una ley de la ventaja que termine en gol? ¿Acaso temen que una mala decisión provoque una trifulca en el estadio?
Por más que me digan que sólo se trata de un juego, no dejo de pensar que ésta debe ser una semana miserable para todos ellos. No pretendo ser agorero del desastre, más bien siempre he pensando que hacer estos recuentos fatalistas es una buena manera de exorcizar a los demonios que amenazan con aparecerse el día menos pensando.
Y para que Necaxa y Tigres no se sientan tan solos, les dejo la tabla que regirá el descenso la próxima temporada. Bienvenido América a esta lucha maldita. Será una excitante novedad verte sufrir cada semana.
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Mientras los Indios de Juárez descansan sobre una tumbona a la orilla de la alberca bebiendo margaritas a ritmo de reggaeton, trato de imaginarme la semanita infernal que están viviendo Tigres y Necaxa. Para esos futbolistas debe ser la peor de sus carreras; deben sentir el miedo en la piel; seguro paladean angustia, y apuesto que por sus mentes se asoman fantasmas y tragedias.
Porque, no lo dudes, en la mente de un futbolista hay pesadillas colectivas recurrentes, escenarios que les crispan los nervios y les despiertan con sobresalto, sudando, a media noche: fallar un penalty, con la salvación de por medio, en el último minuto... ¿Será esa la pesadilla que inquieta en noches como éstas a Alfredo Moreno, Federico Insúa y a Lucas Lobos?
Errar un remate sin portero en el área chica…¿Imaginarán esto el “Kikín” Fonseca, Ariel Bogado o Carlos Pavón? Llegar tarde en una barrida y cometer un penalty; ¿Le pasara esto por la cabeza a Pablo Quatrocci y a Pedro Benítez? Una mala salida de un arquero o un tiro fácil que de repente da un bote desafortunado y la pelota se le cuela al portero…¿Atormentará esto a Enrique Palos o a Iván Vázquez? Una expulsión tonta que cambia el rumbo del partido…¿Será esta una idea amenazante para Mario Pérez, Ricardo Rojas y Antonio Sancho?
Bien dice Jorge Valdano que esta clase de partidos comienzan a jugarse en la imaginación del futbolista muchos antes de que se de el silbatazo inicial. Los porteros sueñan con grandes atajadas y vuelos descomunales; los delanteros ensayan en su mente goles históricos y remates imposibles; los defensas desentrañan una y otra vez los trucos de sus rivales; mientras que los medios visualizan tiros libres, pelotas que caen con comba endemoniada y se meten por el ángulo.
¿Qué pasará por la mente de los árbitros quienes con un silbatazo pueden definir la permanencia de un equipo en la Primera División? ¿Con qué demonios soñaran? ¿Acaso se ilusionan con dar una ley de la ventaja que termine en gol? ¿Acaso temen que una mala decisión provoque una trifulca en el estadio?
Por más que me digan que sólo se trata de un juego, no dejo de pensar que ésta debe ser una semana miserable para todos ellos. No pretendo ser agorero del desastre, más bien siempre he pensando que hacer estos recuentos fatalistas es una buena manera de exorcizar a los demonios que amenazan con aparecerse el día menos pensando.
Y para que Necaxa y Tigres no se sientan tan solos, les dejo la tabla que regirá el descenso la próxima temporada. Bienvenido América a esta lucha maldita. Será una excitante novedad verte sufrir cada semana.
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